Luis Fariña, primero por la izquierda, en el Cuarteto Vocal Asturiano.
1997. Hace 25 años.

La igualdad busca su sitio

Las asociaciones asistenciales a mujeres solicitaron un espacio municipal para centralizar sus servicios en la ciudad

Miércoles, 19 de octubre 2022, 00:50

Si algo quedó claro a la clausura de las jornadas sobre feminismo del Ateneo Jovellanos, hace ahora cinco lustros, es que un hotel dedicado a la asistencia de mujeres víctimas de malos tratos era necesario en Gijón. Prueba de ello era el apoyo que la idea concitaba en dos fuerzas políticas tan antagónicas como IU y PP. El apoyo del grupo conservador, según informaba EL COMERCIO tal día como hoy, había venido de la mano de «la concejala de dicho grupo y presidenta de la asociación Mujeres para la Democracia en Gijón, Ángeles Fernández-Ahúja», quien afirmó que «el hotel es una buena idea, aunque esperamos conocer más a fondo la iniciativa».

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La propuesta partió de Mariti Pereira, a la sazón presidenta de la asociación de Asistencia a Mujeres Violadas y Maltratadas de Asturias, quien «afirmó que ese espacio común de las asociaciones era necesario para que todas las asociaciones que tenemos un carácter asistencial podamos centralizar y mejorar la calidad del servicio que prestamos». Uno para el que aún faltaba sensibilidad hace 25 años, a tenor de la ausencia, a excepción «de la edila del PP», de representantes municipales en estas jornadas, organizadas por dicha entidad en colaboración con la Secretaría de Mujer del Principado y la Concejalía de la Mujer del Ayuntamiento de Gijón.

A pesar de ello, las jornadas eran de máxima actualidad, «ya que las asistentes debatieron sobre la violencia sobre las mujeres, problema que cada vez es más acuciante, ya que, según comentó Isabel Orbea, presidenta de Mujeres para la Democracia en Asturias, la violencia llama a la violencia». Las palabras fueron tristemente premonitorias: menos de dos meses después, el asesinato en Granada de Ana Orantes situaría la violencia de género como uno de los problemas más acuciantes de nuestro país. Todo, al final, pasaba por la educación. «Por ejemplo, en lugar de decir, ante un problema de matemáticas, que Maruja compra tantas patatas al tendero Pepe, se puede decir que Pepe compra tantas patatas a la tendera Maruja». Empezar, al menos, por algo tan sencillo como eso. Aún hoy nos cuesta.

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