Una institución necesaria

No era, en realidad, una noticia sorpresiva, ya que los miembros de Adansi estaban listos para la apertura ya desde octubre de 1997, «fecha inicial de inauguración que se fue retrasando hasta que los responsables políticos resolvieran el futuro económico del edificio, construido gratuitamente por la Confederación Laboral de la Construcción». Resuelto ahora el tema concerniente a la financiación del Principado, quedaba por dilucidar cuál sería el apoyo del Ayuntamiento de Gijón, «como lo ha hecho durante la construcción del mismo, cediendo el edificio en el que se encuentra y urbanizando por completo la parcela y los alrededores del inmueble».

Una buena noticia para la comunidad asturiana de personas con autismo, una condición de la que por fin se comenzaba a hablar con atención a sus particulares características. De momento, al menos nueve personas ya esperaban iniciar tratamiento en La Calzada, y Adansi esperaba que «el número de socios aumente de forma considerable para evitar problemas futuros». El centro ofrecería ayuda a autistas y a sus familiares, «con tratamiento diario y de fin de semana» así «como con una escuela de padres. El autismo es una enfermedad de la que aún existen grandes lagunas y que impide al enfermo expresar sus sentimientos hacia los demás». Comenzábamos a entenderlo.