Una intermodal con parada final en 2032
El Ministerio de Transportes confía en poder aclarar plazos y presupuestos en cuanto disponga del proyecto básico este verano
«Hay que ser conscientes de que las obras de esta naturaleza duran sin problemas algunos años. La experiencia que siempre he tenido es que ... uno está esperando a que empiecen, pero luego está deseando que acaben, porque son complicadas. Ya irá llegando el momento en el que podamos contar cuánto durarán, que es algo que dirán el proyecto de ejecución y, sobre todo, la oferta que haga la empresa adjudicataria, porque a veces los plazos se pueden acortar. Pero ahora no me atrevo a decirlo». Fue la máxima explicación que pudo dar tras la reunión del consejo de administración de Gijón al Norte el secretario de Estado de Transportes y Movilidad Sostenible, José Antonio Santano, sobre los tiempos de la esperada estación intermodal. Sí puso fecha a los movimientos iniciales. O, por decirlo de alguna manera, los de carácter más administrativo.
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Así, el ministerio confía en que este mismo verano los redactores (B720 Arquitectura, Esteyco y Geocontrol) le entreguen el proyecto básico de conjunto, que antes de finales de año pueda haber ya un proyecto constructivo para la demolición del viaducto de Carlos Marx y la urbanización de su entorno que permita licitar esa parte de las obras a lo largo de la primavera de 2025, que a finales de 2025 estén listos el resto de proyectos constructivos de las diferentes piezas que conformarán la estación intermodal y que en 2026 puedan salir a contratación unas obras que «forzosamente se van a hacer en fases».
Lo primero que se acometerá será la construcción de la estación de cercanías, en un túnel que empezará a ganar profundidad a partir del patinódromo de Moreda (desde ese punto las vías para estos trenes se separarán de las de larga distancia) y que llegará a Carlos Marx a 12,80 metros de profundidad para continuar después, con una pendiente de hasta el 23%, hasta conectar a la altura del Museo del Ferrocarril con el que ya existe para el metrotrén. Como novedad con respecto a lo que venía previsto en el estudio informativo, la galería entre la nueva estación y el túnel actual se hará «en mina», según argumenta Adif «con el objetivo de no afectar prácticamente a las aguas subterráneas de la zona». A partir de ahí los trenes de la línea C1, que conectan Gijón con Oviedo, Mieres y Pola de Lena, podrán abandonar ya la estación provisional de Sanz Crespo y empezar a operar soterrados.
A continuación se construirían, ya en superficie, los andenes para los trenes de larga distancia. O, lo que es lo mismo, los de alta velocidad que cruzarán la variante de Pajares rumbo a León, Valladolid y Madrid. Cuando sea posible su traslado a la nueva estación se desmantelarán las vías de ancho ibérico de la estación de Sanz Crespo y se pasará a la siguiente etapa, que es construir los andenes de ancho métrico (antigua Feve) y el traslado de sus trenes a la nueva estación. Cuando la provisional deje de prestar servicio ferroviario será cuando pueda acometerse la reposición del antiguo trazado de la calle Sanz Crespo como acceso principal a la ciudad desde la 'Y', rebajando de este modo el tráfico que desde hace hace quince años tuvo que asumir la avenida de Portugal, y comenzar la construcción de la estación de autobuses en superficie.
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El proyecto de construcción que el ministerio espera recibir a finales del próximo año deberá incluir «una programación indicativa que aclare perfectamente el programa de trabajos por el que se van a desarrollar las obras, teniendo en cuenta los rendimientos considerados en la ejecución de sus distintas unidades, el conjunto de instalaciones y medios auxiliares precisos, así como las situaciones provisionales que deban establecerse». En este sentido, recogerá «las interrelaciones entre las diversas actividades, el plazo parcial de cada una de ellas, las unidades que se consideren críticas y el plazo total de ejecución».
La última referencia temporal oficial sobre los plazos de las obras de la estación intermodal se encuentran en el convenio de 2019, suscrito antes de la redacción del estudio informativo y sobre la base de que la estación se construiría a la altura del Museo del Ferrocarril y con todas las vías soterradas, condiciones diferentes a las de una estación en Moreda con parte de sus vías en superficie aunque parcialmente ocultas bajo una cubierta transitable «con zonas abiertas». Ese documento recogía como base para la financiación de los trabajos una programación que abarcaba desde 2019 hasta 2025, que en la práctica se traducía en que la redacción del proyecto y la ejecución de las obras llevaría un máximo de siete años, yendo los principales desembolsos económicos, y por tanto las anualidades con ejecución pura y dura de obra, desde el inicio de 2021 hasta la conclusión de 2025. Cinco ejercicios completos que, si como avanzó el lunes el secretario de Estado las obras se licitaran a lo largo de 2026, con su adjudicación y arranque ya en 2027, llevarían el final de la totalidad de los trabajos al menos al año 2032.
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Este último plazo siempre que las diferentes piezas se ejecutaran de manera continuada y hubiera presupuesto para ello. Pues si bien el proyecto sigue en proceso y los plazos de ejecución aún siguen sin concretar, también sigue pendiente el tercer pilar sobre el que se basaron durante años las reivindicaciones de Gijón en lo que respectar al plan de vías: la financiación. El estudio informativo aprobado en 2020 estimaba que la construcción de la estación en Moreda costaría, incluyendo impuestos, 321,8 millones de euros, frente a los 388,9 millones que se calculaban si se hubiera mantenido la opción soterrada junto al Museo del Ferrocarril. El lunes el secretario de Estado tampoco quiso concretar el presupuesto definitivo, a la espera de recibir el proyecto básico completo, aunque sí advirtió: «háganse a la idea de que el conjunto de la actuación serán varios cientos de millones», limitándose a continuación a dar una extensa horquilla de «entre 350 y 500 millones de euros».
El coste final que tendrá toda la operación es clave para la firma de un nuevo convenio que sustituya el de 2019 y que tenga un valor jurídico del que carece el protocolo que Ayuntamiento, Principado y Ministerio de Transportes suscribieron en 2022, cuando ya se había decidido el traslado de la estación a Moreda. «Tenemos los primeros borradores para ese convenio, pero todavía no está encima de la mesa porque sin conocer realmente los costes sería más bien un protocolo. Estamos a la espera de tener en verano o justo después el proyecto básico, y ahí ya estaremos en condiciones de tener un documento que fije el volumen de inversión, que va a ser importante, y las obligaciones de los tres socios de Gijón al Norte», añadió Santano.
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