«Hubo quien llegó a azuzar a un perro contra los trabajadores»

En 2017, Emulsa y Cogersa se vieron obligados a contratar personal de seguridad para los puntos limpios de Somió, La Calzada, Roces y Tremañes. Los constantes robos de aparatos eléctricos y electrónicos, cobre y chatarra urgieron a convertir las instalaciones en un espacio seguro para los trabajadores y usuarios. Estos últimos, en ocasiones, eran abordados a la puerta de los puntos limpios para el requerimiento de su basura más valiosa.

Los contratos con la empresa de seguridad son trimestrales, al menos los gestionados por Emulsa (Roces y Tremañes). La empresa pública, ante la ausencia de conflictos en el último trimestre del año pasado, probó a iniciar el año sin personal de seguridad. Pero enseguida llegaron los problemas. Fueron tantos los comportamientos incívicos que Emulsa decidió cerrar los puntos limpios de Roces y Tremañes hasta adjudicar nuevos contratos de seguridad. «Hubo quien llegó a azuzar a su perro contra los trabajadores por no dejarle marchar con material», informaron fuentes de la empresa municipal.

Tras el cierre, las instalaciones de recogida industrial de basura han vuelto a pleno rendimiento. «Cerrarlos fue un gran incordio para todos, pero la seguridad de los trabajadores entiendo que es lo primero. Han aguantado mucho», asegura el jardinero Carlos del Valle mientras hace uso del punto limpio de Roces. Durante la pasada semana, los cuatro de la ciudad contabilizaron 2.423 registros de entradas: 1.148 en Roces, 541 en Tremañes, 535 en Somió y 199 en La Calzada.

Los puntos limpios están habilitados para el depósito de residuos de obra, de gran volumen, de automoción, eléctricos y electrónicos, tóxicos del hogar, selectivo y cápsulas de café.

Los ciudadanos tendrán la obligación de entrar a las instalaciones con la tarjeta ciudadana, y podrán hacerlo un número ilimitado de veces, sometiéndose a un control de los residuos que depositan. Actualmente aún se permite entrar con el DNI. Entrada libre, ilimitada y gratuita para los ciudadanos, no así para las pymes.

Actualmente, las empresas pequeñas pagan un canon de gestión de residuos (26 euros cada dos meses), pero Emulsa estudia el cobro por utilización de las instalaciones, como ya hace Cogersa en sus instalaciones repartidas en el resto de concejos del Principado. «Es una idea aún por estudiar, pero que va en la línea de pago por generación que se pretende implementar en la ciudad», aclaran desde Emulsa. Se baraja incluso la posibilidad de controlar los residuos a través del peso de los vehículos entrantes.

La nueva ley de Residuos, aprobada en abril de 2022, obliga a las empresas de gestión a ofrecer al usuario un seguimiento del residuo para garantizar su trazabilidad. Son tareas pendientes que ya idean cómo cumplir.

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