«No era uno más. El tío Luis tendrá un lugar especial»

No cabía un alma más. De hecho, muchos tuvieron que irse a la parte alta de la iglesia, que no suele estar abierta, para poder seguir con detalle el funeral por Luis Villanueva, fallecido el 27 de diciembre en León, celebrado ayer en el Corazón de María. Antes de la hora de comienzo, el coro del colegio claretiano creó el clímax adecuado para la ceremonia.

Luego, el director del Codema, Simón Cortina, presidió una eucaristía que abrió con unas emotivas palabras hacia la figura de Villanueva: «Hemos compartido camino con él, nos hemos enriquecido con su vida», expresó. Su vida larga, dijo (pues falleció a los 96 años), «finalizó de forma rápida». «Siempre estuvo muy orgulloso de sus raíces, se sabía y vivía navarro, nunca dejó de serlo. Pero eso no le impidió sentirse bilbaíno en Bilbao, donostiarra en San Sebastián y gijonés en Gijón», añadió. El director describió al fallecido como «una persona exigente, rigurosa y disciplinada, pero muy humana y compasiva». En el terreno profesional apuntó que se trataba de alguien de quien «todos nos enriquecimos». No solo fue educador, sino que además «le gustaba cantar, hizo sus pinitos en el teatro, fue elegido para realizar un cameo en una película, tenía mucho interés por el deporte... Recientemente estaba muy interesado por las nuevas tecnologías. Pero lo que siempre prevaleció por encima de todo fue su profunda vida espiritual».

«No era uno más, el tío Luis tendrá siempre un lugar especial», subrayó Cortina desde el altar. Además de todas estas cualidades, una de las más significativas para quienes fueron alumnos de Villanueva fue su perfil de profesor innovador. Así lo remarcó el director. «Recibió con los brazos abiertos a las chicas cuando en 1981 entraron en un colegio que hasta entonces era de paisanos; hablaba abiertamente del sida cuando nadie se atrevía a hacerlo; tenía apuntadas en las fichas de los estudiantes a quienes él tutorizaba, la situación personal de cada uno. Por ejemplo, si sufrían alguna enfermedad, si su situación económica no era buena, si recientemente se le había muerto algún familiar...; e intentaba siempre que cada alumno desarrollase al máximo sus capacidades».

Fernando Díaz, José Ramón González y José Medio son antiguos alumnos a quienes Luis Villanueva dio clase. Los tres coinciden en que su metodología «era muy buena». «Era estricto, porque tenía que serlo, pero al mismo tiempo muy cariñoso y cercano», afirmó Díaz.

Era también «muy perfeccionista. Vi unas diapositivas de sus clases de Arte hechas a mano por él con muchísima precisión. Era polifacético y muy creativo», puntualizó quien hoy es director de Enseñanza Secundaria Obligatoria en el Codema, José Ramón González. José Medio acudió desde Madrid para asistir al funeral. «Fue el mejor profesor de este colegio. Ya quedan pocos con tanta vocación», manifestó.