Así lo contó EL COMERCIO.
1922. Hace 100 años.

Malas noticias desde el Rif

El ataque a la posición de Salah, ocupada por el regimiento Tarragona, produjo en Marruecos la muerte de varios gijoneses

Martes, 5 de julio 2022, 04:24

Casi un año después de la honda herida de Annual, el Rif volvía a sangrar. Lo contó EL COMERCIO hace un siglo, por vía de ... fuentes oficiales, recién llegadas en formato de telegrama por el teniente coronel del batallón expedicionario. En la posición de Salah, en plena guerra de Marruecos, «fue agredida la fuerza de servicio a muy corta distancia y por enemigo numeroso». La guarnición de la posición había tenido, según todas las referencias, un «excelente comportamiento», pero eso no pudo evitar que resultasen decenas de muertos y varios heridos, algunos de ellos gijoneses. Había muerto, por ejemplo, el alférez Urbano Ortego Olivier, quien ingresara «en la Academia de Infantería de Toledo el año 1918 (...) Del heroico oficial que acaba de morir en África puede decirse, por su envidiable espíritu y su gran amor a la carrera de las armas, que era uno de los alumnos que con una vocación más sólida habían ingresado en la Academia».

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Tanto era así que, llegado ya a África, «la dura vida de campaña fue aceptada por élcomo algo grato, ya que es el paso obligado para el momento de lucha. Las cartas que entonces dirigía a sus amigos, y muy principalmente a su tío, el capitán de la segunda compañía del primer batallón don Cecilio Olivier, que era para él como un hermano mayor, hablaban de su vida algo monótona y aburrida porque, decía él, venían muy pocas veces a animarla las balas y tardaban en llegar los días de lucha franca y a pecho descubierto». Tristemente para él, al final esos días habían llegado, regados en sangre y llevándosele la vida por delante. Lo contamos en tercera plana, junto a los retratos del protagonista de la historia, del soldado Emilio Colubi (contuso leve), del soldado Florencio Fernández (herido grave) y del cabo Luis Acebal, herido leve. Ese día, el Ayuntamiento de Gijón hizo constar en acta su sentimiento «por la desgracia ocurrida ayer en Tetuán a las fuerzas del batallón expedicionario del Tarragona», con completa unanimidad en el pleno. Y la guerra, como todas las cosas que no tienen mucho sentido, siguió. Unos cuantos años, y unas cuantas muertes, más.

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