Mariano Marín abandona el PP y acusa a la dirección regional de «amenazas y chantajes»
Afirma que ya se lo ha comunicado al presidente nacional, Pablo Casado en una carta «en la que le informo de las tropelías que se están llevando a cabo en el PP regional»
El presidente del PP de Gijón, Mariano Marín, anunció esta mañana su decisión de causar baja en el PP «ante las amenazas y chantajes en público y privado y el boicot permanente y bloqueo que he sufrido para poder llevar a cabo el trabajo para el que fui elegido por la militancia». Añadió que ya se lo ha comunicado al presidente nacional, Pablo Casado en una carta «en la que le informo de las tropelías que se están llevando a cabo en el PP regional y el envilecimiento del partido en Asturias y le insto a tomar decisiones antes de que se quede sin siglas aquí».
Publicidad
En una comparecencia telemática ante los medios, Marín leyó un comunicado que recogía duras críticas tanto a la dirección regional como a quienes han promovido recientemente una denuncia que llevó ayer al comité regional de derechos y garantías del PP de Asturias a iniciar un expediente disciplinario. «Se han cruzado todas las líneaas rojas y la turba no va a detenerse. Ni soy el primero ni seré el último cargo guillotinado por la dirección regional», advirtió al tiempo que defendía que «yo no he desatado guerra alguna, sino que abogué por el diálogo interno y el pacto. Pero tengo dignidad, honor, familia y amigos y no puedo tolerar que se descuartice mi imagen en el circo de fieras en ael que se ha transformado el PP de Asturias».
Aseguró que «primero se me impidió hacer mi trabajo para después exigir mi dimisión por no hacer algo en lo que me estaban saboteando» y acusó a la presidenta regional, Teresa Mallada, de incurrir en «trampas, falacias y el posicionamiento en la junta local de personas de su confianza para conseguir su botín. Sé que la política es dura y a veces despiadada, pero no todo vale». Y se refirió expresamente a una reunión mantenida a mediados de enero con la propia Mallada y el secretario general del PP regional, Álvaro Queipo, que definió como «media hora de agresiones y ataques más propios del mundo de los bajos fondos, con frases atroces como 'o sales por tu voluntad y te sacamos' y 'vas a acabar muy mal'». Señaló que en ese encuentro «ambos trataron de intimidarme con la expulsión del partido y con reventar las reuniones de la junta local. Cruzaron todos los límites y me pidieron irme bajo riesgo de socavar mi prestigio personal y mi reputación profesional». Añadió que en ese momento «para mí el PP de Asturias dejó de ser para mí un partido político para convertirse en una patética caricatura siciliana».
También criticó que el secretario general de Gijón, Pablo González, a quien definió como «un profesional de la política», no le haya ofrecido apoyo «ni una sola vez en el último año y medio», si bien evitó hablar más de él «porque ya todos conocen su zigzagueante trayectoria y los golpes de pecho que se daba en la última reunión de la junta local son demostración de su forma de ser».
El hasta ahora presidente local aseguró que el PP de Gijón «nunca ha estado de brazos cruzados. Se ha trabajado mucho y bien» y atribuyó que durante casi un año no se convocaran órganos como la junta directiva local a las restricciones de la pandemia. «Ahora estaba trabajando en las instrucciones recibidas de la dirección nacional para ampliar el horario de apertura de la sede, constituir las comisiones de trabajo y aumentar la frecuencia de las reuniones de la junta. Todo, con las lógicas limitaciones presenciales».
Publicidad
Explicó que pese a ser una persona caracterizada por su carácter tranquilo, «no puedo seguir ni un minuto más compartiendo siglas ni espacio físico, ni que se me pueda identificar con una dirección tóxica que representa todo lo que yo detesto. Me niego a participar en este gran fraude y a trabajar rodeado de insultos y desprecios. Lo mejor del PP siguen siendo sus afiliados y es lamentable que algunos dirigentes no estén a su altura». Concluyó indicando que «fui elegido en un congreso legítimo y me gustaría haber que mi sustitución hubiese sido por el mismo procedimiento» y aseguró a este respecto que «pedí un congreso libre, pero me dijeron de malas maneras que no. Y es que la democracia es imposible en el nuevo PP de Asturias».
1 año por solo 16€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión