«Las mujeres necesitan sentirse tranquilas»
Recorrido nocturno. ·
EL COMERCIO viajó por la noche en el autobús B1 y pulsó el sentir ciudadano, de conductor y usuarios, sobre las paradas 'antiacoso'SUSANA D. TEJEDOR
Lunes, 17 de mayo 2021, 02:44
La lluvia acompañó a un fin de semana que frenó las ganas de salir. Se notó en los viajes en los autobuses nocturnos, los búhos ... , que regresaron el pasado viernes, tras el paréntesis de la pandemia. Menos afluencia y horarios más restringidos. A las dos de la madrugada, el último viaje, nada parecido a los trayectos que se realizaban antes de la covid en que los viernes y sábados circulaban por las calles de la ciudad durante toda la noche.
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Pero no solo se retomó este servicio. También se inició o, más bien se reinició, la medida preventiva que comenzó a funcionar el 24 de febrero del pasado año y que, por la covid, apenas duró unos días: las paradas a demanda, o lo que es lo mismo, las 'antiacoso', una herramienta para las usuarias de las líneas búho que viajen solas y que tienen como objeto reducir la distancia a destino y contribuir a disminuir el miedo y vulnerabilidad que pueden llegar a sentirse en estos trayectos. Seguridad y accesibilidad bajo el enfoque de género.
Ciertas actitudes
EL COMERCIO viajó la madrugada del sábado en la línea B1, que cubre el trayecto Cerillero-Plaza del Humedal. Seis viajes. Desde las 23.30 horas y hasta las 2 de la madrugada.
Salida desde cocheras, en Tremañes, hasta la parada primera, en Gran Capitán. Comienza un trayecto sin apenas viajeros de ida. Al volante, Carlos Álvarez: «En días lluviosos como este y con el cierre de los bares temprano, hay poco movimiento; pese a lo que se cree, la gente es bastante correcta y no suelen producirse incidentes». Pero Carlos reconoce que un servicio como el 'antiacoso' ayuda a mantener ciertas actitudes y, sobre todo, «da seguridad a las mujeres que pueden sentirse agobiadas en un momento determinado».
De igual opinión la pareja formada por Silvia Alonso e Yllán Mon, quienes aprovecharon para salir de noche, tras bastante tiempo de encierro. «Conocemos la opción del 'antiacoso' por la aplicación» y aseguraron que «nos parece bien que se cuiden y se atiendan a ciertas situaciones». Puede ser una «buena herramienta para las mujeres», opinan ambos, porque «da mucha seguridad y tranquilidad, como ocurre con los serenos».
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De hecho, Silvia reconoció que vivió una situación hace un tiempo en la que hubiera recurrido a esta opción si hubiese existido. «Es lo típico de que un tío te está molestando e importunando y cuando pulsas para bajarte en la parada, te das cuenta de que él se baja en la misma».
Por la puerta delantera
La dinámica está muy clara: una mujer que viaje sola en el autobús y que se vea acosada o molestada, puede recurrir al conductor, avisarle de la situación y del lugar en el que desea bajarse, con una parada de antelación, y será el conductor quien busque el punto más próximo donde detenerse con seguridad.
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La bajada del autobús se realizará por la puerta delantera, no estando permitida la subida de ninguna persona en este tipo de paradas.
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Este sistema funciona en las cuatro líneas de búho. B1 (Cerillero-Plaza del Humedal), B2 (Nuevo Roces-Pumarín-Plaza del Humedal), B3 (Montevil-Llano-Coto-Plaza del Humedal) y B4 (Vega-Viesques-Arena-Plaza del Humedal). «En la B4, que tiene un trayecto mayor y discurre por la zona rural, será posiblemente donde más se reclame este servicio», cree Carlos Álvarez.
Según conversaciones con los usuarios que fueron subiendo y bajando del autobús a lo largo de la noche, la mayoría son conocedores de este servicio; hay quien no sabe «exactamente de qué va» y solo una minoría reconoció «no tener ni idea».
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Míriam Regal asegura que «está bien, tienes más seguridad», pero señaló que «hay gente a la que le da vergüenza y quizás, aunque lo pase mal, no se atreva a pedirlo». Ella lo haría por eso aprovechó para animar a quien tenga temor o se sienta incómoda por una situación como esta, «recurra a esta herramienta».
Paula del Sol e Itziar Rosal han salido después de tiempo por la noche. Esperan el búho en la plaza del Humedal, que les lleve a su casa. De retirada. Las dos han escuchado hablar de este sistema de demanda. Paula asegura que le ofrece «tranquilidad»; Itziar también cree que es un buen sistema aunque es más crítica: «Es injusto que sea la mujer la que tenga que bajarse del autobús, ¿por qué no se echa al acosador?».
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«Una oportunidad»
Adrián López es partidario de que se hagan este tipo de cosas, si sirve «para que las mujeres estén más seguras». En el asiento de enfrente, Laura García asiente a sus palabras. «Creo que es una oportunidad para sentirte mejor, a veces, lo pasas mal».
En el interior del bus búho 1, muchos usuarios conocen esta opción, otros no, pero todos muestran su interés por conocerlo. Tras algunas explicaciones, muchos asentimientos. «La tranquilidad es esencial».
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Estas paradas tienen como objeto reducir la distancia a destino, contribuyendo así a disminuir el miedo y vulnerabilidad que pueden llegar a sentirse en estos trayectos. «Aún no se conoce el servicio o muchas mujeres no se atreven a utilizarlo, pero es importante que sepan que existe y pueden viajar con seguridad», sentenció el conductor.
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