«Prefiero morir con los dieces puestos»
Yván Pozuelo Andrés. Docente sancionado ·
«¿Intimidarme por esta caza de brujas? Si hago las cosas mal solo me tienen que demostrar cómo se hace bien»EUGENIA GARCÍA
GIJÓN.
Viernes, 15 de octubre 2021, 01:27
«Cuando vi la sombra del inspector picando a la puerta del aula entendí cómo iba a acabar. Estaba dictaminado, pero alargaron el proceso como parte de la represión en forma de acoso psicológico», afirma Yván Pozuelo Andrés, el profesor de Francés sancionado con ocho meses de suspensión de empleo y sueldo por poner dieces a sus alumnos del IES de La Laboral y contarlo en EL COMERCIO.
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-La 'pena' parece desproporcionada.
-Se trata de dar ejemplo.
-¿Qué desencadenó el proceso?
-Lo que molestó fue la entrevista en EL COMERCIO. No entiendo cómo nadie se subleva. Ni asociaciones sindicales ni políticos se han mojado.
-¿Por qué molestó tanto? ¿Fueron los dieces?
-No soy el único, hay muchos profes en mi instituto que ponen dieces a sus alumnos, pero para ellos algunos son de verdad y otros falsos. Y aún así durante años me dejaron poner todos mis dieces. Cumplen un encargo, pero no sé quién encargó esta persecución.
-¿Le denunciaron sus compañeros del instituto?
-Después descubrí, a manos del propio servicio de inspección, que había un grupo al que no le gustaba. Pero cuando se esconden es porque es gente cercana al poder. Si no esto no tiene pies ni cabeza, no se castiga ocho meses a un profesor por poner calificaciones demasiado buenas. Como mínimo, lo primero es corregirle o darle una advertencia.
-¿Nunca le habían dicho nada?
-Nada, nunca jamás. Y en estos años asistí a unas 300 reuniones educativas. Sé de profesores que tienen denuncias, pero no se les expedienta. Tengan un cinco o un diez conseguirán el mismo diploma. ¿Por qué este interés? Porque están acostumbrados a intimidar y no les gusta una persona que no se deja.
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-¿No suena algo conspiranoico?
-Han demostrado ser poco transparentes, tener poco talante democrático. Lo tienen fácil. Si hago las cosas mal solo me tienen que demostrar cómo se hace bien. Y, no es por nada, yo conseguí una oposición. Yo ya he sido evaluado.
-Le pidieron que se retractase de la entrevista.
-Sin decirme el motivo del interrogatorio, sacaron el periódico y me preguntaron: '¿Se retracta?'. Dije que no. Yo soy historiador especialista en la masonería, y eso es lo que hicieron los franquistas a los masones. Me encontré involucrado en algo parecido, con 2.500 páginas de informe para tratar de probar que mis alumnos no se merecen el 10.
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-¿Por qué pone dieces?
-La ley dice que todos los alumnos tienen talento. ¿El talento se suspende? Yo no voy a penalizar a los alumnos por sus errores, sino explicárselos para que ellos los corrijan. Se necesitan muchos parámetros para evaluar la capacidad de una persona. Y yo garantizo que todos mis alumnos son capaces de hacer lo que se supone que deben saber. Para mí, el diez es el progreso, cada uno a su ritmo: si progresas, aprendes; si aprendes, adquieres.
-¿Qué efecto tiene sobre los alumnos?
-Ese diez produce motivación total; aprendizaje; estar más atento...
-¿Qué le dijo la inspección?
-Dicen que no corrijo, que me expreso mal en español, que hablo demasiado en francés y que había que seguir escrupulosamente el currículum. Me dijeron que tenían miedo de que otros centros se quejasen y me llegaron a aconsejar que dimitiera como funcionario público.
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-¿Qué opina usted?
-Me parece bien que no les guste mi planteamiento, pero que quiten de la ley la educación inclusiva, la evaluación por competencias y la atención a la diversidad. Si piensan que es mentira, que no lo escriban, porque si lo hacen yo me lo creo. La innovación tiene que llegar también a la evaluación.
-Ahora da clases en la Escuela de Hostelería. ¿Seguirá con sus métodos?
-¿Intimidarme por esta Inquisición, esta caza de brujas? Prefiero morirme con los dieces puestos.
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