«No pretendemos obviar su historia, pero tampoco hacer política con ella»

«No nos preocupa su pasado, nos preocupan su presente y su futuro». Es el mensaje en el que insiste Jesús Merino para defender la propuesta de los antiguos alumnos para que la Universidad Laboral pueda optar a ser reconocida como Patrimonio Mundial, tras la que hay ya un largo trabajo, pero cuyo salto al debate político ha provocado que estos días su teléfono no deje de sonar.

-¿Cuánto tiempo llevan tras esta idea y por qué?

-Tres años. Tras lograr que fuera declarada Bien de Interés Cultural, pensamos cuál era la siguiente categoría y no vimos nada intermedio que no fuera optar a Patrimonio Mundial. Lo debatimos y nos pusimos de acuerdo en que merecía la pena intentarlo.

-¿Qué cualidades reúne para ello la Universidad Laboral?

-Desde el punto de vista arquitectónico, es un ejemplo de fusión de las culturas grecorromana y cristiana. Su patio corintio y el patio central responden a una línea de construcción clásica, noble. Y a ello se suman la torre y la iglesia, con la singularidad además de haber sido realizado todo en la segunda mitad del siglo XX.

-¿No es muy reciente para una distinción que suele darse a bienes con varios siglos detrás?

-Precisamente eso es lo que le da un valor especial, que se construyó casi anteayer. Ya no se hacen edificios de esta categoría y volumen, con un estilo absolutamente clásico.

-¿Se esperaban el rechazo del Pleno a la propuesta del PP?

-Francamente, no esperábamos esos argumentos. Algunos, auténticas falacias. Alumnos con familiares cercanos que participaron en la construcción jamás oyeron que trabajara redimiendo parte de su pena ningún preso o represaliado del régimen de Franco. Y en cuanto a 'cuándo se hizo'... ¿Qué situación social había cuando se construyeron las catedrales de Toledo, Burgos o Sevilla?

-El concejal de Cultura también criticó la pedagogía de los primeros años...

-Habrá gente que tenga la idea de que era poco menos que una cárcel donde metían a los muchachos. No es verdad. Lo que había no era más de lo que en cualquier otra institución de enseñanza de aquel tiempo. Los jesuitas nos formaban humanamente, no política ni religiosamente, para salir al mercado laboral siendo algo más que técnicos bien formados. Fue fundada para acoger a hijos de trabajadores y eran los propios trabajadores quienes la sostenían con sus cotizaciones.

-¿Su iniciativa, centrada en los valores arquitectónicos, obvia la historia de la Laboral?

-No pretendemos obviarla, pero lo que no queremos en absoluto es hacer política sobre ella. No nos anima ningún carácter nostálgico-político, porque en la asociación hay gente de izquierdas, de derechas y de todo tipo. La propuesta se puede referir a las razones de su creación, pero si es de manera objetiva, contando que pensaba ser un orfanato minero y después se cambió a una universidad laboral para hacer un proyecto más amplio de formación que acogiera a muchachos de todas las provincias. Comentar la historia para hacer apología a favor o en contra, en absoluto. A eso no vamos a estar dispuestos.

-¿Les ha llamado el PSOE?

-No. Y después de lo sucedido, parecería lógico pensar que la alcaldesa quisiera hablar con nosotros. Estaríamos encantados y abiertos a la colaboración, pero dentro de esa idea clara de hablar del valor intrínseco del edificio. Y si se habla de su origen de forma objetiva. Ni para ensalzar el régimen de aquel tiempo, ni para hablar en contra.