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Manifestantes contra la prostitución, ayer, en la plaza Mayor. ARNALDO GARCÍA

«La prostitución no es el oficio más antiguo del mundo, es una forma de explotación»

Un centenar de personas se manifestó en la plaza Mayor para exigir la abolición de la prostitución

OLAYA SUÁREZ

GIJÓN.

Domingo, 27 de septiembre 2020, 01:39

Un centenar de personas se manifestó ayer en la plaza Mayor de Gijón para reclamar la abolición de la prostitución en España y exigir el fin de la trata de mujeres. Convocados por colectivos feministas y de derechos humanos, los asistentes escucharon el manifiesto leído en público y en el que lanzaron duras críticas a los clientes. «Tres de cada diez asturianos acude a los servicios de prostitutas, que son mujeres explotadas y coaccionadas y que no ejercen libremente como quieren hacernos pensar aquellos clientes que son cómplices de estos delitos», lamentaban.

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Al grito de «no es sexo por dinero, es violación», mostraron pancartas y escucharon el testimonio grabado de una superviviente de una trama de tráfico de seres humanos, quien contó su dura experiencia para conseguir salir del sometimiento en el que vivía. «La prostitución no es el oficio más antiguo del mundo, es una explotación», clamaron.

Justo ayer la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, reivindicó, en nombre de las feministas socialistas, la abolición de la prostitución y de los vientres de alquiler que el «neoliberalismo y el mercado» quieren convertir en una simple transacción comercial. Calvo reiteró la necesidad de aprobar una ley en el Congreso para acabar con la trata de seres humanos, de mujeres y de menores con fines de explotación sexual y contra la prostitución. Realizó estas declaraciones en Madrid, durante la inauguración de las jornadas 'Hacia la abolición de la prostitución' en la Escuela de Pensamiento Elena Arnedo.

También Adriana Lastra, portavoz del PSOE en el Congreso, cargó contra la prostitución durante ese mismo acto. «Una sociedad que aspire a la igualdad no puede vender los cuerpos, ni alquilarlos. Ni nueve minutos ni nueve meses», dijo, para remarcar que «no es un trabajo, sino mercantilizar el cuerpo de las mujeres a través de la esclavitud sexual».

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