Quedan en libertad con cargos dos ultras encarcelados por el ataque de Cimavilla

El titular del juzgado de Instrucción número 3 de Gijón, Jesús Pino, ha dejado en libertad con cargos a dos de los tres ultras que permanecían en la cárcel por su presunta participación en el ataque a un bar de Cimavilla el pasado 8 de abril. Así lo decidió en la vista celebrada ayer para ratificar la prisión provisional de los detenidos. A ojos del magistrado, no había motivos para mantener estas medidas cautelares salvo para el presunto autor del ataque, Illán M., al que además de un delito de desórdenes públicos se le imputa otro por lesiones.

Pese a salir de prisión, estos dos integrantes de Ultra Boys tendrán que comparecer los días 1 y 15 de cada mes en el juzgado y, asimismo, no podrán aproximarse a menos de 500 metros del pub de Cimavilla en el que ocurrieron los hechos el pasado día 8. Aunque ambos contaban con antecedentes, A. F. G. había sido condenado apenas unos días antes del ataque a seis meses de cárcel por agredir a dos policías antes de un partido.

Después de casi dos semanas de investigación, el ministerio fiscal había solicitado prisión provisional para cuatro de las ocho personas que fueron detenidas conforme fue avanzando la investigación. Solo se ha mantenido esta medida con Illán M., también con antecedentes previos por otras agresiones.

En un primer momento, la titular del juzgado de Instrucción número 5, que se encontraba de guardia, decretó prisión provisional, comunicada y sin fianza para tres de los cinco ultras que fueron detenidos apenas dos días después del ataque. Fue la primera fase de la investigación y, desde el miércoles 11, estos tres miembros del grupo ultra permanecían en prisión en una decisión sin precedentes.

Una vez revisadas todas las cámaras del entorno del bar, situado en la calle Óscar Olavarría, el pasado martes se detuvo a otros tres integrantes del grupo ultra gijonés por su presunta implicación en los hechos. Tras declarar en el juzgado a la mañana siguiente, estos tres nuevos detenidos salieron en libertad con cargos.

El ataque al bar de Cimavilla, donde se celebraba una fiesta de hermanamiento entre aficionados y directivos del UC Ceares y del club inglés Stockport County, ha causado un notable impacto en la sociedad civil gijonesa. No en vano, una veintena de entidades sociales y culturales se han organizado en torno al Observatorio Contra la Violencia para tratar de investigar, diagnosticar y atajar los distintos actos violentos que se llevan dando en la ciudad desde hace meses.

Simultáneamente, Ayuntamiento y Sporting mantuvieron un encuentro el pasado jueves para concretar las medidas correctoras que el pleno exigió al club gijonés tras este nuevo acto violento. En este sentido, el Sporting sostuvo que se realiza un «control exhaustivo y personalizado» de los aficionados que entran al estadio, evitando así la entrada de las personas con orden de alejamiento del estadio. «Esperaremos a que haya una nueva reunión de la comisión especial que se formará para ir analizando el problema y tomar las medidas necesarias para erradicar la violencia de la ciudad de Gijón», aseveró Fernando Losada, consejero del Sporting.