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Sidra Camín gana el Elogio de Oro en la Fiesta de la Sidra Natural
Colofón. El certamen llenó la plaza Mayor en su último día, que estuvo repleto de galardones y de culinos solidarios
La fiesta de la Sidra Natural llegó ayer a su final por todo lo alto en la plaza Mayor de Gijón. Allí mismo, sobre el escenario, Sidra Camín se alzó con el premio Elogio de Oro, que distingue a la mejor bebida de la cita y que dejó el mejor sabor de boca al ganador, Samuel Trabanco, el gerente del Grupo Trabanco. Él mismo confesaba al recogerlo que «todos los premios que se reciben en la vida son una inmensa satisfacción». Lo creía así «porque son una forma de reconocer el trabajo diario, desde que empieza la cosecha y todo lo que conlleva el mundo de la sidra», explicaba. «Todo hay que hacerlo con mucha pasión, con mucho cariño y con mucho sentido común», concluía, mientras sostenía el trofeo, firmado por Pablo Maojo.
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Pero Sidra Camín no fue la única triunfadora de la jornada porque Antonio Angones, de sidra El Fugitivo, también subió al escenario para recoger el Tonel de Oro, un galardón que aplaudía su trayectoria. Por eso mismo, él reconocía sentirse «muy contento» y prometía que era «una gran satisfacción» esta distinción. «A mis noventa años, esto es maravilloso», decía, antes de explicar que tras de sí tiene «muchos años de trabajo y mucha lucha. Yo aprendí mucho de los antiguos porque hoy todo es más moderno», añadía.
Los tiempos cambian y, por eso, las empresas del sector sidrero no pueden dejar nunca de lado la innovación. Para demostrarlo, ayer también se entregó el galardón a La Etiquetina Más Guapina, que fue a parar al llagar de Castañón, concretamente, a su sidra Val de Boides. «Estoy muy agradecido por esta distinción. Yo creo que hay que renovarse siempre, porque tenemos a las nuevas generaciones detrás», explicaba orgulloso y premio en mano el propio Julián Castañón.
Hay que reinventarse y nunca perder de vista la solidaridad y, por eso, a lo largo de la mañana -y bajo la protección de los paraguas- fueron cientos los gijoneses y turistas que se acercaron a la plaza Mayor para disfrutar de los culinos solidarios. Los beneficios obtenidos van a ir a parar a Galbán, la asociación de familias de niños con cáncer. «Quiero agradecer al Ayuntamiento esta iniciativa solidaria, porque cualquier aportación, por pequeña que sea, es relevante y sirve para dar apoyo a las familias que, por suerte o por desgracia, padecemos la enfermedad de uno de nuestros hijos», aseguró Javier Pérez, uno de los miembros de la entidad.
Con esa ayuda y con las últimas ventas del Mercadín, la Fiesta de la Sidra Natural llegó a su final. Y, a pesar de que el tiempo no acompañó este fin de semana, los gijoneses «desafiaron a la lluvia y al temporal porque, por encima de todo, está la sidra», concluyó Samuel Trabanco. Está claro que esta bebida «corre por la sangre de los asturianos» y que da igual mojarse, con tal de reivindicar su valor.
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