«No siento arrepentimiento ni rencores. Serían una pena adicional a la del banquillo»

Seis años de peregrinaje en los juzgados solo se soportan «con la cabeza fría», reconoce.

-Acaba de ser absuelto, por tercera vez, en el Tribunal de Cuentas.

-Las sentencias ratifican que está todo perfectamente hecho, todo legalmente hecho. Y en la última se da un paso más y dicen que no ha habido menoscabo de fondos públicos y que además se ahorró dinero a la Administración. Es una satisfacción ver que la sentencia recoge como suyos hechos que hemos estado defendiendo desde el inicio.

-¿Se considera, al menos en parte, resarcido?

-Tengo la satisfacción personal y de mi familia y mi entorno, que nunca han dudado y han tenido que pasar un cierto 'vía crucis'. No es agradable entrar al bar y que la gente comente sobre 'los chorizos de El Musel'. Los seis posibles delitos de la Audiencia han quedado reducidos a dos. El proceso es lento, pero el cambio está siendo drástico.

-¿Se arrepiente de algo? ¿Habría actuado de otra forma?

-Me remito a lo que dice el Tribunal de Cuentas. No tengo arrepentimiento, sería una mortificación adicional además de la pena de banquillo. El pasado no se puede cambiar, ¿para qué elucubrar? Tienes que tener tranquilidad, serenidad y pensar que, como las cosas están bien hechas, se acabará reconociendo. Aunque la satisfacción tiene que ser propia.

-¿Guarda rencores?

-No. El principal perjudicado del rencor eres tú mismo. Te amarga la vida.