Susto en el Polígono

No solo fue el susto, sino que, además, los daños fueron cuantiosos. Hace 25 años hoy, informaba EL COMERCIO de que el día anterior, a eso de las 12 de la noche, había explotado un artefacto en el Polígono de Pumarín, provocando un estruendo considerable que pudo oírse «en zonas bastante alejadas del lugar, como las inmediaciones del Centro Comercial Los Fresnos y la plaza de San Miguel». No era moco de pavo, ya que el suceso ocurrió en la planta baja del edificio número 96 de la avenida de la Constitución, en el Polígono, a bastante distancia de allí. De modo que imagínense el susto de los residentes en el edificio afecto, que contaba con 48 viviendas.

El sobresalto, con todo, no vino solo por el ruido, «sino por las numerosas roturas de cristales. De hecho, no solo se rompieron los cristales de ese edificio, sino muchos de los cercanos. Prácticamente de forma inmediata el lugar se convirtió en un hervidero de personas: muchos vecinos del barrio, algunos en bata y pijama, varios vehículos de los bomberos, dos UVIs móviles y numerosos vehículos de la Policía Municipal».

Acudieron también gran cantidad de efectivos del Cuerpo Nacional de Policía, «incluido el propio comisario jefe, Baldomero Araujo Camblor. Posteriormente, acudieron el delegado del Gobierno, el jefe superior de Policía, David Guerrero; la teniente de alcalde María José Ramos y otras autoridades». A pesar del despliegue, no estaba nada claro quién podría ser el responsable del 'bombazo', provocado por un artefacto de fabricación casera «cargado con pólvora negra de caza y metralla, a base de rodamientos. Para detonarlo se utilizó una batería de coche unida a un cable de unos treinta metros, que originó el 'chispazo'». Ante la ausencia de noticias sobre el 'simpático', Fernández Noval pedía ahora la colaboración ciudadana para que la justicia pudiera seguir su curso. ¿Podría tener que ver con las protestas de los vecinos, desde hacía meses enfrentados a las autoridades por la cuestión de las viviendas de la Guardia Civil? Lo dejamos caer, y así también Noval. «No por hechos como este las cosas se van a solucionar». Quién sabe qué pudo ser.

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