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Los vecinos confían en que el equipamiento suponga un revulsivo para el barrio

La FAV considera «interesante» una propuesta que generará empleo, pero muestra su preocupación por el modelo sanitario

E. GARCÍA

GIJÓN.

Martes, 3 de mayo 2022, 03:30

Los vecinos de Nuevo Gijón han acogido con interés la posibilidad de que un equipamiento de semejante envergadura se instale en su barrio, conformado a ... partir de los años 70 cuando la promotora Ingisa comenzó a urbanizar unos terrenos entre Pumarín y Tremañes para los trabajadores de Uninsa, y que actualmente cuenta con 4.778 residentes.

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A las características torres ubicadas en calles con nombres de picos asturianos se unirán próximamente nuevas edificaciones, pues el barrio está a punto de experimentar una expansión inmobiliaria que frenó la crisis financiera, pero que acaba de desbloquearse con la aprobación del nuevo Plan General de Ordenación. Está prevista la construcción de nueve bloques que sumarán 300 viviendas. Gracias a la urbanización de nuevos viales, se conectará el barrio con la autopista.

Un desarrollo al que evidentemente contribuirá el equipamiento que plantea Quirónsalud. Así lo esperan vecinos como Rosa Vidal, quien a sus 58 años lleva 51 en Nuevo Gijón y cree que el futuro hospital será «un revulsivo para la zona». Explica que recientemente acudió a un hospital privado de León y pudo comprobar cómo su entorno «estaba funcionando muy bien». «La empresa tiene nombre y va a situar Nuevo Gijón como referente en el mapa. Traerá empleos y vida al barrio, confío en que también realce el comercio y la hostelería a su alrededor», apunta José Antonio González Espina, de 61 años y vecino desde hace 51. «El único problema será aparcar», bromea Jorge García Redondo, de 39 años, quien también considera que «aunque no genere puestos de trabajo directos en el barrio, indirectamente puede que impulse el comercio y la hostelería».

Rubén Padilla tiene 49 años y vive en el barrio junto a su mujer, Covadonga Llorente, y a sus dos hijos, que van al colegio Antonio Machado. «Tanto nosotros como nuestros hijos estamos encantados en este barrio, que además va a crecer un montón y a estar mejor comunicado», pronostica. Desde hace seis años trabaja en mantenimiento de un hospital privado de la ciudad.

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Demoras de hasta dos años

Tanto él como su mujer mostraron entusiasmo al conocer la noticia, pero como en el caso del resto de vecinos, su comentario va acompañado de una crítica hacia las esperas de la sanidad pública, especialmente del centro de salud de Perchera, al que está adscrito el barrio. «Desde que trabajo en la privada no he vuelto: tardas mínimo un mes en ser atendido», critica. «Mi madre tardó dos años en operarse la cadera, aguantó solo porque era una inversión enorme», apunta ella. La reflexión de Amalia García Martínez, de 62 años, resume ambas caras de la opinión vecinal: «Todo lo que sea negocio me parece perfecto, pero tienen que reforzar la pública». Rosa Vidal considera que «la Seguridad Social está funcionando muy mal. Yo estoy a favor de la pública, pero por experiencia digo que a veces acabas recurriendo a la privada porque no te queda otra».

En ese mismo sentido se expresa el presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales (FAV), Manuel Cañete, para quien «aparentemente es alentador e interesante que se instalen empresas», pero la noticia «genera un debate paralelo al que debe responder la administración: ¿hacia qué modelo de sanidad avanzamos?». Le preocupa que «el deterioro de la sanidad pública está suponiendo un crecimiento exponencial del privado» y que «caminamos hacia una sanidad pública de beneficencia y una privada solo para quienes tengan acceso». Y teme, además, que precisamente en un momento de escasez de personal sanitario se añada el problema de «entrar en un mercadeo, una pelea por fichajes».

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