Víctima... de la burocracia
Causó impresión en Gijón el suicidio de un joven recluta que no había conseguido a tiempo la exención para ir a combatir a Cuba
Miércoles, 9 de noviembre 2022, 00:31
Ante la inoperancia de la Administración, Santiago Caso no vio más salida que acabar con su vida. Puede sonar radical, pero en 1897 ir a ... combatir a la guerra de Cuba quizás fuera, en cierto modo, un suicidio en diferido. De modo que así fue: que hace ahora 125 años, mientras paseaban por el cerro de Santa Catalina, dos mujeres «vieron cerca de La Fontica, tendido en el suelo y en actitud de hallarse muerto, un joven como de unos 20 años de edad». Santiago Caso se había quitado la vida, al parecer, con un revólver «que el desdichado tenía en sus manos y que contenía algunas cápsulas sin disparar». Solo había necesitado una,
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Sucedía que a Caso le tocaba hacer el servicio militar en el reemplazo de 1896, «habiendo sido incorporado últimamente en Oviedo al regimiento del Príncipe, para recibir la instrucción». Pero, legalmente, no tenía por qué ir a filas: era hijo de padre sexagenario. No había podido justificar esta circunstancia a tiempo -al parecer, por el retraso de la Administración a la hora de entregarle varios documentos que certificaban su filiación-, y, en plenas postrimerías de la guerra antillana, se le notificó que debía partir al servicio de las armas. Querido en los círculos sociales de Gijón -se hallaba afiliado a la agrupación socialista de la villa- y trabajador «aplicado» en la Fábrica de Vidrios, la muerte de Santiago Caso causó conmoción, tristeza y rabia.
Así que su funeral revistió «los caracteres de una pública manifestación». No solo por parte de los socialistas, a la cabeza de la fúnebre procesión, sino de propios y extraños. «El entierro llamó la atención del público, que fue aglomerándose en las calles del tránsito», dijo, hace 125 años, EL COMERCIO. A la altura de Begoña, el gentío ya era inmenso, y los ánimos estaban tan enfervorecidos que, de forma espontánea, subiendo hacia Ceares, desde un balcón «dirigieron la palabra a las gentes cuatro individuos socialistas, que han hecho, con este motivo, propaganda de sus ideas, pronunciando gritos, entre ellos alguno verdaderamente antipatriótico». Contra la guerra, suponemos. Y, tal vez, contra la burocracia: ella fue la que mató a Santiago Caso.
1897. Hace 125 años.
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