Alga wakame: el superalimento que te ayuda a perder peso y protege el medio ambiente

Las algas marinas han ido ganando peso en nuestra alimentación, especialmente gracias a la incidencia de la comida asiática en los últimos años. En ese grupo diverso de organismos que incluyen variedades como el nori, la más conocida gracias a la cocina japonesa, el wakame o la espirulina, platos que han ido ganando peso como superalimentos que ya los pueblos romanos o vikingos tenían presente en sus platos por sus grandes propiedades nutricionales que pueden mejorar la base de toda alimentación.

Son antioxidantes, antiinflamatorias, neuroprotectoras y tienen un bajo contenido en calorías lo que las hace un plato ideal a incluir en una dieta equilibrada, aunque no todas se deben consumir con la misma asiduidad ya que algunas como el wakame, icónica alga con la que se elabora el plato por excelencia japonés, la sopa miso, a pesar de ser un alga de sabor suave y con un alto valor nutricional, debe consumirse en pequeñas cantidades y de forma muy esporádica ya que su alto contenido en yodo puede provocar alteraciones en el organismo sobre todo si se padece de tiroides.

El wakame es bajo en calorías, rico en nutrientes como hierro, vitamina A y C y en fibra, lo que ayuda a promover la saciedad y la digestión además de contener ácidos grasos omega-3 beneficiosos para la salud cardiovascular y cerebral. No obstante, pese a todos sus aportes hay que considerar, además de su alto contenido en yodo, la polémica que rodea al cultivo de esta y otras algas. El wakame se incluyó en 2016 en el Catálogo de Especies Exóticas Invasoras lo que supuso que su pesca se viera controlada, así como su cultivo que también está regulado y supervisado.

Pese a ello, este vegetal de origen japonés también conocido como undaria es muy demandado en el mercado y se puede incorporar a muchas preparaciones como una hoja verde más previa hidratación en agua si está desecada.

¿Cómo se cultiva el wakame?

Cultivar wakame es una práctica muy común en Oriente y también en España, concretamente en Galicia desde su detección en 1988 en los cargamentos de semillas de ostras y donde ahora en las Rías Baixas y la Costa da Morte crece de manera silvestre esta alga cultivada en estructuras flotantes hechas con cuerdas o redes ancladas al agua para proporcional al wakame un lugar donde crecer y al que adherirse.

También se cultiva en laboratorios esporas que más tarde se añaden a la estructura de un cultivo que se monitorea para así asegurarse que las condiciones del agua son las adecuadas y no se exponga a los contaminantes que puedan dañarlo.

Y es que cultivar algas también tiene beneficios para el medio ambiente ya que a pesar de lo molesto que puede resultar el pisarlas cuando nos bañamos en el mar, con una adecuada estrategia de cultivo puede llegar a contribuir a mitigar la pérdida de la biodiversidad, la acidificación de los océanos y los problemas que acarrea el cambio climático. Además, también pueden restaurar ecosistemas.

-Mejora la calidad del agua: contribuye con una aportación positiva al ciclo del carbono y a los nutrientes del mar ya que una tonelada de algas puede absorber 2 kilos de nitrógeno.

- Son un bosque temporal: proporcionan alimento y refugio a otros animales acuáticos y son el hábitat de muchos de ellos contribuyendo así a que las especies aumenten.

- Capturan el dióxido de carbono: en su tejido almacenan CO2 y expertos investigan cómo su almacenamiento en la profundidad del mar puede tener un impacto positivo en el denominado Carbono Azul ya que el uso de esa biomasa y cultivada a gran escala podría tener un impacto en el cambio climático con un cultivo controlado de algas.

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