La confesión completa de Daniel Sancho tras el crimen de Edwin Arrieta: «Traje la sierra y el machete»

Continúan surgiendo nuevos detalles sobre el asesinato de Edwin Arrieta, a manos del joven chef Daniel Sancho, tal y como él mismo confesó. De hecho, la misma confesión ha sido compartida públicamente en el programa de Sonsoles Ónega, en 'Y ahora Sonsoles'. A través del vídeo difundido por el programa se puede ver al hijo de Rodolfo Sancho explicando a la policía tailandesa cómo le propinó los golpes al médico colombiano y cómo se desarrolló la brutal pelea que acabó en el fallecimiento del médico.

El vídeo no ha dejado indiferente a ninguno de los asistentes en plató y ha llamado mucho la atención la frialdad de Daniel Sancho durante toda su confesión mientras relata la pelea tan agresiva que tuvo con Arrieta y cómo le golpeó la cabeza junto al lavabo antes de morir.

«Es imposible recrear algo con las esposas», empezaba diciendo Sancho intentando explicarle a la policía. Ellos proceden a quitarles las esposas y comienza a recrearles la escena: «Estabamos hablando de todo un poco, lo que ya os he contado». «¿De tener sexo?», pregunta el inspector. «Sí, yo le dije que no podía seguir haciéndolo más. Me levante, el retrocedió hacia atrás y yo empecé a hablar más gesticulando. Y cogí fuerza hacia atrás y le pegué un puñetazo (en la mandibula)», reconocía el joven.

Más tarde, todos se dirigen hacia el aseo que es donde Edwin termina por caerse tras la agresión de Daniel Sancho. «Lo tenía contra el baño. Así, entonces, él me agarro, me mordió, yo lo levanté del suelo y lo golpeé otra vez», explica el joven con total frialdad. «Luego se quedó inconsciente, todo estaba lleno de sangre, yo salí del lavabo», narra Sancho.

Finalmente el joven le narra a la policía que colocó el cuerpo en la ducha y empezó a descuartizarlo. «Puse agua caliente a tope para que no se coagulara la sangre».

Posteriormente, cuenta que lo dejó ahí y empezó a traer las bolsas. «Traje la sierra y el machete», afirma, y los llevó hasta el baño. Cuenta, además, una vez ahí giró el cadáver, lo puso boca abajo, le quitó la cartera y el reloj y empezó a desmembrar por la mano.

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