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La asturiana Irene S. Cidón y Alejandro Varela, en su viaje por Marruecos. E. C.

El testimonio de una asturiana en Marrakech: «Ha sido terrible. Teníamos miedo a que se derrumbara todo»

La psicóloga Irene S. Cidón se encontraba con su pareja de luna de miel en la ciudad marroquí cuando se produjo el terremoto que ha dejado cientos de fallecidos

Sábado, 9 de septiembre 2023, 12:44

El devastador terremoto que ha sacudido el centro de Marruecos ha dejado cientos de víctimas mortales y de heridos. El epicentro del sismo se localizó a tan solo 70 kilómetros de la turística ciudad de Marrakech. Allí se encontraban desde el pasado miércoles de luna de miel la psicóloga asturiana Irene S. Cidón y su pareja, Alejandro Varela, quienes por fortuna se encuentran a salvo. En declaraciones a EL COMERCIO, esta mierense relata que estaban alojados en un 'riad' (establecimiento turístico en una casa tradicional) cuando se dieron cuenta de que «todo se derrumbaba». El edificio fue «lo que llevó mayor golpe al ser muy antiguo», explica, aunque la construcción había sido reformada recientemente y «solamente se rajó», sin llegar a derrumbarse. No corrieron la misma suerte otros inmuebles cercanos.

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En su 'riad' se encontraban junto a ella otros siete españoles, dos ingleses y el propio dueño del establecimiento. «Nos pusimos en la zona central tapados con colchones», cuenta, aunque posteriormente decidieron salir a la calle. «No paraba de salir polvo por todos los lados y teníamos miedo a que se derrumbaran el resto de cosas. Conseguimos salir entre los escombros de otros 'riad' y casas de familia humildes de la zona», dice.

Una vez fuera del establecimiento turístico, la única opción —la más segura al menos— era quedarse en la calle, en un lugar amplio y despejado. «La noche ha sido terrible. Hemos dormido en la calle y ahora estamos esperando a que en un hotel de la zona nueva de Marrakech puedan darnos habitación hasta volver a España», explicaba a mediodía.

«Cuando cayó todo, estábamos en shok. Todo el mundo salía de las casas y nos ayudábamos unos a otros. La gente de Marrakech cogía sábanas, se marchaba con sus hijos en la moto... cada uno iba buscando un lugar para pasar la noche. Todos intentamos ayudarnos como como podíamos, pero no nos dejaban entrar en la medina porque estaba todo derruido. Solo podían pasar los bomberos, policía y efectivos de los cuerpos de seguridad», ha relatado posteriormente, ya desde una habitación en un hotel a las afueras de Marrakech.

La pareja tenía que estar de luna de miel en Marruecos hasta el miércoles de la semana que viene, pero por razones evidentes han decidido regresar a España lo antes posible: «Hemos cogido un avión como hemos podido para mañana, a ver si nos dejan volar... aquí no tenemos donde quedarnos».

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Igual que Irene S. Cidón y su pareja, tanto turistas como la población marroquí pasaron la noche a la intemperie, «con muchísimo frío», fuera de la medina. «La zona centro está terrible, ambulancias, policía, niños... por todos lados», resume.

Quejas por el consulado

La psicóloga asturiana cuenta que tras el terremoto contactaron con el Consulado de España en Marrakech, pero no recibieron la respuesta que esperaban. «Nos comunicaron que solamente podían hacer algo por nosotros si había muertos, por lo que no supimos muy bien qué hacer… Finalmente, salimos a la calle como el resto de la población nacional y dormimos en la calle con ellos fuera de la Medina en una calle más ancha en la que no hubo derrumbes», recuerda.

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