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Los ciudadanos fortifican la defensa de Kiev con sacos terreros a la espera de la ofensiva rusa. EFE

«Es inaudito lo que hace Putin con la ciudad más rusa del país»

La historiadora ucraniana Natalia Yakovenko confía en que Moscú no repita en Kiev la destrucción de Grozny y Alepo

Mikel Ayestaran

Enviado especial

Sábado, 12 de marzo 2022, 00:08

Después de dos semanas detenidas en el mismo punto, las tropas rusas al norte de Kiev comenzaron a reagruparse y extender el frente al noreste y noroeste de la capital. El gran convoy de blindados se mueve, según imágenes captadas vía satélite, y la inteligencia británica alertó de que el gran asalto a la ciudad «es cuestión de días». Kiev es la joya de la corona, el objetivo más preciado para Vladímir Putin porque «considera a la federación medieval del Rus de Kiev como la madre del origen cultural de los actuales pueblos de Rusia, Bielorrusia y Ucrania, es su madre patria y desea recuperarla», explica Natalia Yakovenko desde su apartamento en el barrio Solomianskiy de la capital.

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La voz de esta historiadora de 80 años es muy respetada en Ucrania y los niños estudian sus libros en las escuelas, «todo un orgullo, pero también una gran responsabilidad», asegura. La guerra le ha obligado a encerrarse en casa y allí pasa los días sin apenas salir. Se siente «ansiosa y con mucho miedo, sobre todo cuando veo las imágenes horribles que ofrece la televisión. Lo que más me ayuda es mi trabajo de traducción, llevo dos años traduciendo 'Ab Urbe condita' del historiador romano Tito Livio al ucraniano. Livio es mi pareja, mi acompañante en estos días de zozobra, es un poco imperialista, pero su trabajo es enorme», bromea.

Cuando era una niña estalló la II Guerra Mundial y la pasó en su aldea de la estepa ucraniana, muy próxima a Moldavia. Estudió Filología Clásica en la Universidad de Leópolis y «un milagro hizo que el sistema educativo de la URSS no se fijara demasiado en esta carrera, estaban más centrados en Historia, y pude tener profesores alejados del sistema y formados en Europa». Su visión crítica del imperio soviético le llevó a tener que esperar a 1993 para publicar su primer libro, justo un año después de la independencia de Ucrania.

El 23 de febrero, el día en el que Putin lanzó la ofensiva, le llegó de Jarkov la buena noticia de que una imprenta de esta ciudad del este del país había encontrado el tipo de encuadernación que ella buscaba para la traducción de Livio. «Ahora hemos perdido el contacto, espero que estén todos bien. Es inaudito lo que hace Putin con la ciudad más rusa del país, ellos siempre estaban orgullosos de ser rusos, hasta te miraban como con superioridad y ahora han destrozado ese centro urbano magnífico».

Yakovenko habla con pena. En este piso las paredes forradas de libros son su protección contra las bombas, también tiene una foto en la que aparece junto al Papa Juan Pablo II en Roma. El suelo es de madera y está ya desgastada, cálida. Debajo de la ventana hay una gran estufa metálica que calienta el salón de trabajo. Desde la ventana se ve un pequeño parque, pero en Kiev apenas quedan niños. ¿Qué pasará con esta ciudad? Es la pregunta que se hacen todos los vecinos que se han quedado, que según el alcalde son el cincuenta por ciento, es decir, 1'5 millones de personas. «La historia reciente nos muestra lo que Rusia hizo en Grozny o Alepo, pero aquí la situación es diferente porque es una ciudad más extensa, con más población y una mejor defensa. Quiero creer que es imposible que arrase Kiev», opina la historiadora.

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Huella de la KGB

Trata de mantener la calma y repasa la historia de su pueblo para asegurar que «no es la primera vez que estamos ante algo así, la historia de Ucrania es una historia de sometimiento por la fuerza a otros imperios, pero siempre salimos adelante y ahora con más razón porque tenemos el apoyo de todo el mundo».

Con los rusos a las puertas de Kiev, la ofensiva golpeó por primera vez a ciudades que hasta ahora veían la guerra a distancia como Dnipro, en el centro del país, y Lust e Ivano-Frankivsk, al oeste, en la frontera con la Unión Europea. Fueron ataques con misiles «contra objetivos militares», según Moscú. Yakovenko sigue de cerca todas las noticias y considera a Putin «un líder desequilibrado a quien el paso por la KGB le ha dejado huella para siempre. Después de tres décadas no asimila que seamos un país independiente y su obsesión es volver a controlarnos, siente a Kiev parte de su imperio, pero no nos tiene en cuenta a los ucranianos».

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Amante del trabajo metódico y de la investigación, admite que «estamos viendo Historia en directo, pero no puedo trabajar sobre este tema porque toda investigación precisa de reposo y ahora estamos muy alterados. Cualquier trabajo en estas circunstancias puede terminar siendo pura propaganda». Lo que no cosidera propaganda es la llamada que su presidente, Volodímir Zelensky, hace a diario a la comunidad internacional para que cierre el espacio aéreo porque «las guerras de antes se ganaban con tropas sobre el terreno, las modernas, desde el aire». Hora de acabar con el siglo XXI y viajar de nuevo a la Roma de Livio. Esta traducción y estos muros forrados de libros, son el refugio de una investigadora que confía en que la historia se repita y Ucrania salga adelante.

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