¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO
El cadáver de un hombre con las manos atadas a la espalda yace en el suelo de una calle de Bucha, una población próxima a Kiev, recién recuperada por las fuerzas ucranianas. agencias

«Me dijo que le practicara sexo oral con la pistola en la sien»

Human Rights Watch documenta violaciones y ejecuciones sumarias de civiles a cargo de las fuerzas rusas en Ucrania

EL Comercio

Gijón

Lunes, 4 de abril 2022, 10:47

Human Rights Watch (HRW) ha documentado varios casos de posibles crímenes de guerra cometidos por las fuerzas militares rusas en las regiones ucranianas de Chernígov, Járkov y Kiev. En el informe elaborado por la organización no gubernamental se detallan un caso de violación repetida, dos casos de ejecuciones sumarias -uno de seis hombres y otro de uno-, episodios de violencia y amenazas contra civiles, así como saqueos de comida y ropa, ocurridos entre el 27 de febrero y el 14 de marzo. Para HRW, los que cometieron estos abusos son responsables de crímenes de guerra.

Publicidad

«Los casos que documentamos equivalen a una crueldad y violencia deliberadas e indescriptibles contra los civiles ucranianos«, dijo Hugh Williamson, director de Human Right Watch para Europa y Asia Central. Para Williamson, «la violencia, el asesinato y otros actos violentos contra la población bajo custodia de las fuerzas rusas deben ser investigadas como crímenes de guerra».

Especialmente duro es el testimonio de una joven ucraniana que fue violada y agredida por un soldado ruso y que HRW recoge en su informe. Esta mujer, de 31 años y con una hija de cinco años, identificada como Olha (nombre ficticio para proteger su identidad), relató a los responsables de la ONG que se encontraba refugiada con sus familiares y más gente en una escuela de la localidad de Malaya Rohan, en la región de Járkov. En la noche del 13 de marzo, según el relato de Olha, un soldado accedió a esta escuela rompiendo las ventanas y bajó al sótano con un rifle y una pistola. Allí ordenó a los civiles que se alinearan. Olha, que tenía a su hija dormida en sus brazos, cuenta cómo el soldado le pidió que le entregara a la niña yque se negó. Entonces pidió al hermano de Olha que se adelantara y al resto del grupo que se arrodillara, amenazándolos con dispararles a todos. El soldado ordenó al hermano de Olha que le acompañara a buscar comida, una tarea que les llevó un par de horas.

A su regreso y cuando los civiles estaban acomodándose para pasar la noche, el soldado se acercó a Olha y le dijo que le siguiera. La llevó a una clase en la segunda planta, donde la apuntó con la pistola para que se quitara la ropa. «Me dijo que le practicara sexo oral. Todo el tiempo mantuvo la pistola cerca de mi sién o puesta en mi cara. Disparó dos veces al techo y dijo que era para darme más 'motivación». La violó y, después, le dijo que se sentara en una silla. Olha le pidió poder vestirse debido al frío que hacía en la estancia, pero el soldado solo permitió que se pusiera ropa de cintura para arriba. «Cuando me estaba poniendo la ropa, el soldado me contó que era ruso y que su nombre era (nombre omitido» y que tenía 20 años. Dijo que le recordaba a una chica con la que había ido a la escuela«, continúa el relato de Ohla en el informe de HRW.

El soldado la ordenó recoger sus cosas del sótano para que volviera a la clase con él, pero ella se negó. «Sabía que mi hija lloraría si me veía», comentó Olha. El soldado sacó un cuchillo y le dijo que hiciera lo que le decía si quería volver a ver a su hija. Entonces, el soldado la volvió a violar, le puso un cuchillo en la garganta y le propició varios cortes en la piel del cuello. También la hirió en las mejillas con el cuchillo y la corto cabello. La golpeó en la cara con un libro y la abofeteó repetidamente. Olha ha compartido fotografías con Human Rights Watch, fechadas el 19 y el 20 de marzo, que muestran las marcas de cortes y hematomas en su cuello y en su cara. Finalmente, el soldado se fue a las siete de la mañana. «Tengo suerte de estar viva», concluyó Olha, cuando por fin pudo recibir asistencia médica en Járkov.

Publicidad

Human Rights Watch ha recibido denuncias de otros casos de violencia sexual perpetrados por soldados rusos en localidad de la región de Chernígov y en Mariúpol, pero no ha sido capaz de verificarlos de manera independiente.

Las ejecuciones sumarias documentadas en base a entrevistas con testigos se produjeron el 4 de marzo en Bucha, al noroeste de la capital, y el 27 de febrero en Staryi Bykiv, en la región de Chernígov.

Publicidad

En este último caso, una vecina de una localidad próxima que habló con testigos presenciales contó a HRW que mientras la gente se refugiaba en los sótanos debido al fuego de mortero, los soldados fueron casa por casa y se llevaron a hombres supuestamente para interrogarles.

«Los encontramos tirados con agujeros de bala en las cabezas. Tenían las manos atadas a la espalda,» contó a la organización la madre de uno de los seis jóvenes ejecutados, que agregó que los soldados no le dejaron recoger el cuerpo durante varios días.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad