Muere Miguel García, fundador de Mike's, primera cadena de hamburguesas de Gijón
Pionero en el sistema de franquicias en la ciudad, explotó durante décadas las barras del Palacio de los Deportes, El Molinón y el Hípico
Miguel García, fundador de la cadena de hamburgueserías Mike's, falleció este miércoles en Gijón a los 72 años. Nacido en El Muselín, en el seno de una familia tradicional del barrio, había empezado a trabajar muy joven, a los catorce años. Tras desempeñar trabajos de carpintería y albañilería, a su vuelta del servicio militar en Madrid, decidió embarcarse en la hostelería. Eran finales de los años setenta. Lo hizo con una pequeña hamburguesería en la Acerona, llamada Pipols, que ya entonces tuvo mucha repercusión, asociándose con Miguel Ángel de la Cruz Vega.
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Y en el mismo tipo de negocio confió cuando fundó Mike's en 1982, en colaboración con Vega. Comenzaba en el barrio de La Arena y tenía nombre y estética americanos. Mike's marcó una época para varias generaciones. Sus hambugueserías no solo fueron las pioneras en forma de cadena, sino que el propio nombre de los locales trasladaba a los jóvenes de los años ochenta y noventa a esa anhelada vida de estilo americano que las películas de Hollywood, como 'Regreso al Futuro' o los 'Goonies', ayudaron a implantar en la cultura popular.
Mike's fue más que una marca, fue una moda. El lugar donde quedar cuando no había móviles; el lugar en el que pasar la tarde entre amigos y donde tantas y tantas pandillas gijonesas disfrutaron de algunos de sus mejores momentos. A la de La Arena, se fueron sumando otras más en La Calzada, Pumarín, la calle Corrida y en el centro comercial Los Fresnos. Y se expandió a Oviedo, Mieres y La Felguera.
Miguel García formaba parte del elenco de empresarios hosteleros con mayor influencia en la ciudad, pues a Mike's hay que sumar la explotación de las barras de El Molinón durante veinte años, hasta la pandemia; del Palacio de los Deportes, desde su creación hasta hace dos años, y del Hípico, durante 32, hasta 2023, cuando ya empezó a sentirse mal y llegó la enfermedad.
Su pérdida deja muy apenado a un sector para el que trabajó también desde la asociación de la hostelería. «Creía mucho en el carácter asociacionista y por eso decía siempre que había que tirar de la asociación, que tenía que ir hacia delante», dicen quienes mejor lo conocían.
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«Era un hombre muy inteligente, porque pese a no tener formación académica, todo lo consiguió a base de esfuerzo y trabajo», añaden. «Tenía un perfil muy poco habitual en hostelería –indica Javier Martínez, vicepresidente de la patronal de hostelería y turismo Otea– porque era muy tranquilo, muy pausado a la hora de tomar decisiones».
Y hay unanimidad en que «lo quería todo el mundo». Algo que suscribe su familia «Quería mucho a sus amigos. Se alegraba con ellos, pero también sufría por ellos», afirman. «Era una persona muy emocional, a la que le gustaba divertirse. Disfrutaba de la vida».
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Miguel deja esposa, María Isabel Robles; dos hijos, Alfredo y Eduardo, que han seguido sus pasos en la hostelería, y dos nietos, Manuel y Alejandro. Este jueves familiares y amigos le despedirán en el funeral que tendrá lugar a las 18 horas en la iglesia del Corazón de María.
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