La aprobación de la Comisión Europea para que el Gobierno de España entregue 460 millones de euros a Arcelor para descarbonizar las plantas asturianas es ... la noticia que esperaba el sector industrial asturiano, ansioso de despejar las dudas sobre su futuro, en un escenario marcado por el alza de los precios de la energía y la legislación europea que obliga a transformar los procesos productivos para avanzar hacia el objetivo último de la neutralidad climática. La ayuda directa a Arcelor se inscribe dentro del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de descarbonización industrial, que contempla la inversión de 3.100 millones de euros, que se espera movilicen un total de 11.800 millones. Su desarrollo llevará aparejada la creación de 8.000 puestos de trabajo y la reducción de emisiones de gases efecto invernadero en 13 millones de toneladas. El Ministerio de Industria estima que las inversiones en descarbonización propiciarán un aumento del 10% en la competitividad del sector. Del total de los 3.100 millones, habrá 2.300 ligados directamente a las ayudas para las actuaciones integrales de la descarbonización, de los que 800 millones serán para subvenciones, el resto se ofrece en forma de créditos. Arcelor recibe 460 millones en subvenciones que dentro de unas semanas les serán transferidos. Se cumple el objetivo buscado desde el 13 de julio de 2021, cuando Pedro Sánchez y Lakshmi Mittal presentaron en Gijón la senda del acero verde. Todo un cambio de paradigma en la siderurgia que tiene un coste de mil millones, financiado a medias por los fondos europeo y la propia empresa. Finalizado el procedimiento administrativo, queda todo ya en manos de la propia multinacional siderúrgica, que deberá pasar el proyecto por su comité de inversiones para que se pueda acometer la gran transformación de sus instalaciones, que estaría previsto finalizar a finales de 2025.
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El cambio pasa, inicialmente, por sustituir uno de los dos hornos altos de la cabecera gijonesa (horno 'A') por una planta de reducción directa del mineral de hierro (DRI). La reducción directa es un método muy experimentado, especialmente adecuado a países que tienen dificultad de acceso al carbón de coque, utilizando gas natural. En la reducción directa del mineral el porcentaje de hierro (90%-94%, depende de la calidad del mineral en bruto) es similar al contenido en el arrabio que se produce en los hornos altos. La que podríamos llamar 'ecologización' de la siderurgia pasa por extender las plantas DRI. El proyecto guía de Mittal es su planta siderúrgica de Quebec (Canadá), donde ya ha ensayado con éxito la sustitución parcial de gas natural por hidrógeno para producir hierro de reducción directa. Desde la perspectiva de la producción verde, el proyecto de Asturias es el más ambicioso, porque la planta de DRI, con una capacidad de producción de 2,3 millones de toneladas anuales de productos prerreducidos (un millón se transportarán en tren a la acería de Sestao), será alimentada por hidrógeno verde. Para ello hará falta producir energía renovable que permitirá en los electrizadores separar el hidrógeno del oxígeno. Electricidad verde para producir hidrógeno verde que alimentará la planta de DRI de dónde saldrán los prerreducidos a un horno de arco eléctrico híbrido (puede usar chatarra o DRI). En 2025, el acero asturiano estará en condiciones de superar los controles medioambientales más exigentes. Por otra parte, toda la producción de acero de Arcelor en España dependerá de la planta de prerreducidos que se instalará en Gijón, con la excepción de los productos planos de Avilés, que recibirán el arrabio del horno alto 'B' de Gijón.
Del PERTE aprobado se beneficiarán muchas industrias asturianas que recibirán financiación para avanzar en la descarbonización. Hay que lograr otras metas para crear un marco estable para la industria, pero la primera condición para adaptarse a las nuevas reglas de juego es la descarbonización. El PERTE abre la puerta.
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