Cuenta Orlando Figes en su libro 'Los europeos' una anécdota protagonizada en 1942 por Franz Liszt en su primera gira por Rusia. El compositor y ... virtuoso estaba tocando el piano ante el zar Nicolás I cuando el emperador ruso comenzó a hablar. Liszt dejó de tocar, por lo que el zar le preguntó el motivo. El músico le contestó con agudeza: «Cuando Nicolás habla, hasta la propia música enmudece». Lo curioso de este suceso es que, hasta casi mediados del siglo XIX, hablar en un concierto o una ópera era relativamente normal. Precisamente, fue la primera generación romántica la que consiguió que el público permanezca callado mientras se interpreta un recital.
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En nuestro tiempo, tenemos el reto de una conquista mayor que la que hicieron los románticos en el siglo XIX. La conquista del silencio en la vida cotidiana. El séptimo mandamiento del Decálogo para la Defensa de la Naturaleza escrito por el ornitólogo asturiano Alfredo Noval dice: «No alteres el silencio de la Naturaleza». Mandamiento que también se podría extender a nuestros pueblos y ciudades. Como observó Kant en su 'Crítica del Juicio', en la música -el mejor de los ruidos- hay una cierta falta de urbanidad porque ataca la libertad de los que no quieren oírla.
Hace años, Gijón era una de las ciudades más ruidosas de España. Al final de la década de los ochenta del pasado siglo, un concejal del PSOE, con posteriores responsabilidades en la Junta del Puerto y el cuidado de los osos -el PSOE nunca deja a sus fieles a la intemperie-, equiparaba el ruido con la alegría. Cuando más ruido ambiental, más contentos y enrollados. En estos últimos meses, hemos tenido la sensación de que Gijón se ha vuelto una ciudad apaciblemente silenciosa e incluso los gijoneses gritamos menos. Es evidente que esta caída del ruido ambiental es un efecto de la pandemia.
¿Será este un sosiego pasajero que terminará cuando volvamos a la normalidad bullicioisa? Me gustaría imaginar que esto no ocurrirá
¿Será este un sosiego pasajero que terminará cuando volvamos a la normalidad bulliciosa? Me gustaría imaginar que esto no ocurrirá, y que tal vez estemos en el comienzo de una de las más importantes conquistas urbanas: la conquista del silencio.
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