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LA MIRILLA

Trankimazín

Sábado, 11 de mayo 2024, 02:00

Una semana de lo más anodina, como se perfilaba esta que se nos acaba, al final fue de lo más entretenida. Tuvimos de todo: al ... presidente con una muleta por una herida en la pierna, de nuevo el asturiano y la oficialidad como arma arrojadiza y a Barbón, en una asamblea con afiliados, anunciar que quiere repetir como secretario general.

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Pero vayamos por partes. La presencia de Álvaro Queipo en el acto central del Día de les Lletres a punto estuvo de hacer saltar los stents a muchos de sus correligionarios. No fueron pocos los que en su partido vieron aquello como el primer paso de un camino iniciático para preparar que el partido abrace la oficialidad en un futuro. Queipo tuvo que salir el martes a decir que no, que el PP nunca apoyará la oficialidad. Eso sí, matizó, una oficialidad que suponga obligatoriedad. Atención, pregunta: ¿si se plantea un modelo que no implique la obligatoriedad del uso del asturiano, la apoyaría? Lo dejó escrito el ilustre escritor de Viladevelle, en Castropol, Alejandro Sela: «Ayer dicícheme c'hoy; hoy dicesme que mañá y mañá as me decir: ¿cocéronxe xa as patacas?»

En el PSOE, por si acaso, aprovecharon el asunto oficialidad para revolver en la llareira popular. Barbón convoca a los partidos para iniciar la negociación para reformar el Estatuto de Autonomía. Si el PP ya ha dicho que no –añado, si implica obligatoriedad–, ¿por qué mantiene la convocatoria de algo que ya nace fracasado? Quizás la respuesta la da el refranero asturiano: «La farina penerao y la llana cardao, lo poco paez un carrao».

Y concluyó la semana con una asamblea en la que, de sopetón, el presidente y líder socialista anunció que aspirará a la reelección como secretario general de la FSA. ¿Acaso estaba cuestionada? Lo cierto es que en el PSOE asturiano están las cosas algo agitadas últimamente por los rumores que apuntaban a posibles cambios. Barbón lo despachó de un plumazo con su anuncio, una especie de dosis de Trankimazín en clave interna. Algo así como un no os pongais nerviosos, que queda mucho y, por si acaso, aquí estoy yo.

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