El efecto Biden

Domingo, 7 de febrero 2021

La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca está suponiendo ya una aportación más a ese inmenso terremoto que supone un cambio de era ... al que asiste la humanidad entre expectante y preocupada. El nuevo presidente norteamericano ya ha hecho una serie de anuncios que por sí solos van a servir para apuntalar y precipitar una serie de cambios que afectarán a la economía y hasta la gobernanza mundial.

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El anuncio de que Estados Unidos vuelve al Acuerdo de París, al que había renunciado Trump, supone que el segundo mayor emisor de CO2 del mundo dará un giro copernicano a su modelo de producción y ello obligará a abrazar las energías renovables. Dicho y hecho: Biden ha suspendido ya el proyecto del oleoducto Keystone, una red de 4.700 kilómetros para enviar el petróleo de Alberta (Canadá) al Golfo de México y los Grandes Lagos

Una buena noticia para la lucha contra el cambio climático, pero, de rebote, una excelente oportunidad también para los campeones de sectores como el eólico, en donde una empresa asturiana Windar Renovables será protagonista de proyectos relevantes de la mano de Iberdrola y otros destacados clientes, y además su planta de México podrá ver despejado el horizonte precisamente con la exportación de torres eólicas a Estados Unidos.

El segundo efecto Biden, aún por definir, tendrá que ver con la gobernanza del mundo, amenazada hoy, aunque suene un poco fuerte, por una serie de empresas tecnológicas que están imponiendo sus monopolios hasta límites tan insospechados como peligrosos. Las grandes tecnológicas norteamericanas se esfuerzan por 'controlar' la nueva era de la robotización, la inteligencia artificial, la ciencia, los datos, la intromisión en la intimidad de las personas..., y finalmente la libertad, al tener en sus manos las herramientas de cómo se transforma el mundo.

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¿El planeta gobernado por una decena de magnates? Tiempos apasionantes.

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