Elevar la natalidad

En la política a favor de la natalidad hay consenso parlamentario sobre la necesidad de garantizar los tratamientos de reproducción asistida en la sanidad pública para las mujeres que tienen dificultades para fecundar, así como facilitar los procesos de adopción y acogimiento familiar. El único hospital público que ofrece tratamientos de reproducción asistida es el HUCA, con una larga lista de espera que ya antes de la pandemia suponía una demora de dos años, con la particularidad que no se trata a mujeres de más de cuarenta años. De ahí que los parlamentarios valorasen ampliar la unidad o crear una segunda en otro centro hospitalario. En las clínicas privadas un ciclo de inseminación artificial cuesta 500 euros, mientras que la fecundación in vitro oscila entre los 4.500 y 6.500 euros. El coste de la medicación en los centros privados está entre los 2.000 y los 3.500 euros, sin que lo cubra la Seguridad Social.

Otra preocupación compartida es la política de conciliación para poder compaginar horarios laborales y vida familiar. Para conciliar se plantea una ampliación de la red escolar de cero a tres años, introduciendo una ayuda para los que no logren una plaza en la red pública y tengan que recurrir a la privada. Hay que planificar bien las necesidades de centros de primer ciclo de Infantil, porque en niños de tres años quedaron este año el 30% de las plazas desiertas (el pasado año fue el 20%). En la red concertada no se ocuparon el 23%. Es posible que los equipamientos del segundo ciclo puedan albergar en poco tiempo a una parte importante de los niños de cero a seis. También hay acuerdo sobre la implantación del modelo navarro de 'Casas Amigas' en la zona rural que no tiene guarderías ni centros de Infantil. Consiste en que cuidadoras del sector privado acojan en su domicilio a niños menores de cuatro años. Es una fórmula muy flexible que tiene la ventaja de unos costes contenidos. También se baraja una política de vivienda a la que se puedan acoger las familias numerosas que alquilan pisos grandes con unas rentas que superan el límite de los alquileres subvencionables.

El grupo socialista planteó en la comisión la mejora del cheque-bebé, pagándolo durante los primeros años de vida del niño. Un paso muy importante que refuerza las expectativas sobre el cambio positivo que debe provocar el cheque-bebé en los nacimientos. Si al final se consolida el cheque durante varios años, las parejas se encontrarán con una ayuda sensible que en otras ocasiones, como sucedió en el año 2008, sirvió para elevar la natalidad. Una medida valiente, en consonancia con la magnitud del reto que afronta el Principado, que debería ser complementada desde el Gobierno Central, ya que las políticas demográficas no tienen exclusividad autonómica. Hay que tratar de crear empleo y mejorar el existente, pero no podemos quedar cruzados de brazos viendo cómo los nacimientos caen por debajo de los 5.000, mientras las defunciones casi triplican esa cifra.