Sería inexacto decir que la clausura -celebrada ayer, con el éxito previsible- de la 65 Feria Internacional de Muestras de Asturias signifique echar el cierre ... al calendario de fiestas del verano gijonés (carecería de sentido excluir al certamen ferial de la programación festera, en la práctica uno de sus principales alicientes).
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Entre otras razones, porque aún quedan el hípico en Las Mestas, otra cita de multitudes, y lo de la sidra, además de las tradicionales fiestas de parroquias, con hondo arraigo popular. Pero, sobre todo, porque constituiría un grueso error de apreciación si se contempla con detenimiento la realidad.
Oviedo tiene las fiestas de San Mateo, limitadas a poco más de una semana de duración, con la mala suerte frecuente de amenaza de mal tiempo. En Avilés, sobre el día de San Agustín pivota un programa fiestero de limitado alcance temporal. Incluso la Semana Grande bilbaína, la Aste Nagusia, no excede de los nueve días, y otro tanto se puede decir de su homóloga donostiarra, así como de los sanfermines. En Gijón, en cambio, la foguera de la víspera del día San Xuan fue la señal de salida para que comenzara la fiesta. La Semana Negra, el festival aéreo, la noche de los fuegos artificiales... No hubo este año toros en El Bibio y el aficionado tuvo que desplazarse a Benia -más de uno, probablemente, habrá tenido que consultar el mapa, o el GPS, para informarse del lugar del suceso- y asistir a un ejercicio de buena voluntad a favor de la tauromaquia.
La brillantez de la sesión de fuegos artificiales dio una oportunidad, desaprovechada por la alcaldesa, de no sumarse a la corriente de grandonismo que se creía periclitada a favor del sentido común y que consistía en estimar una disparatada presencia de público que presenció el espectáculo, en este caso, medio millón de almas, lo nunca dicho, el equivalente a la población completa de Gijón, Oviedo y Carreño, y todavía faltarían 3.264 habitantes para completa la cifra que. Hay que tener imaginación para imaginarse el HUCA vacío, incluidas las ucis, porque todos sus ocupantes se han ido a ver los fuegos artificiales de Gijón. Pues al parecer la tienen en Divertia, la máquina de malgastar subvenciones, origen del dislate al que a Ana González no tendría que haber prestado la mínima atención.
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Aún queda 32 días de verano por delante. En realidad, falta un tercio de la temporada estival. Para el Sporting ruedan bien las cosas, de momento. Pero no deja de llamar la atención la naturalidad que con que los nuevos amos del a 72,27 % de las acciones de la SAD -el resto es de pequeños accionistas, incluido el Ayuntamiento, con los que digamos que no ha guardado las forras- se refieren a reformas en Mareo, cuyo alquiler finaliza en 2026, y en El Molinón, objeto de concesión gratuita a más largo plazo, como si fuera los auténticos propietarios y no simples inquilinos, y ello con la actitud complaciente de la autoridad municipal.
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