Feijóo y el PP

Aunque Feijóo todavía no ha presentado formalmente su candidatura a la presidencia del PP porque quiere esperar a que el congreso sea convocado, nadie duda de que va a dar ese paso y que tiene tras de sí a los líderes de las organizaciones territoriales y a la inmensa mayoría de los cuadros del partido. Podemos hablar de él como presidente 'in pectore' del PP. Cualquier otra solución sería una absoluta sorpresa, ya que no es imaginable que otro dirigente sea capaz de suscitar el consenso interno del que goza Feijóo.

El PP asturiano se encuentra alineado con el político gallego. La presidenta de la formación, Teresa Mallada, ha declarado que Feijóo es para ella un referente y que valora su trayectoria, la experiencia en la gestión y su capacidad de liderazgo. Aunque no consta que haya habido tensiones, la dirección de Pablo Casado tampoco demostró una especial implicación en respaldar a la organización asturiana. Una vez negociada con Mercedes Fernández una salida de la presidencia orgánica al Senado, dejó pasar un largo lapso de tiempo con una presidencia interina. Tampoco convocó el congreso regional del partido que acumula más de un año de retraso y daría la posibilidad a la presidenta de ser refrendada por toda la organización. A ello se suman otras decisiones tomadas al margen de la organización asturiana, como la designación del cabeza de lista en las elecciones municipales de Gijón, eligiendo a una persona que no pertenecía al PP y que no tenía ninguna vinculación con la militancia; una decisión extraña que no entendió la sociedad y terminó de forma desastrosa.

Con el previsible liderazgo de Feijóo sería difícil repetir esas situaciones. Conoce con detalle la política asturiana y la problemática de la región. Participó en cumbres bilaterales con Álvarez Areces, Javier Fernández y Adrián Barbón. Firmó acuerdos conjuntos y asumió compromisos que ligaban a las dos comunidades autónomas. La relación entre el Principado y la Xunta de Galicia fue el embrión del noroeste como polo de referencia política. Ambos territorios mantuvieron actitudes reivindicativas ante las directrices de la Política Agraria Común (PAC) y ante la aplicación de esas directrices por los distintos gobiernos de España. En los últimos tiempos están unidos en torno a dos asuntos que afectan gravemente a sus intereses, como es el elevado coste de la energía para las industrias electrointensivas y el declive demográfico. Para los gobiernos de Barbón y Feijóo fue decepcionante la publicación del Estatuto de los Consumidores Electrointensivos. En cuanto a la despoblación, ambos gobiernos firmaron, junto a otros seis, la declaración de Santiago de Compostela sobre despoblación y financiación. Cuando la presidenta del PP asturiano tenga que hablar sobre problemas de Asturias con Feijóo, no tendrá que hacer grandes esfuerzos para ser comprendida. Es preciso que se cumpla la hoja de ruta pergeñada por Casado y los presidentes regionales para que el PP enderece el rumbo. España y Asturias necesitan que los llamados partidos de gobierno sean fuertes por el bien común.