Los motores de la máquina del fango
La denuncia presentada (y admitida) contra Begoña Gómez más bien parece esperpento, pues de su planteamiento brotan comicidades amargas
«Calumnia, que algo queda», reza un viejo proverbio. La calumnia suele ser sencilla, fácil de comprender, y hasta resulta creíble. Mentir y mentir. ¡Que ... llueva de forma persistente sobre el polvo y estará asegurado el fango! El sabio profesor de semiótica, Umberto Eco, definió la «máquina del fango» como «el uso de información personal para desprestigiar al adversario político». Y lo hizo a raíz de una reflexión sobre los «medios de comunicación como herramienta política». Se acusa sin pruebas en grandes titulares y, si es preciso rectificar, ya se hará en letra pequeña desde un rincón insignificante.
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La derecha ha gobernado el mundo durante siglos, y lo sigue gobernando en la mayoría de las naciones. En nuestro país (salvo la experiencia republicana que terminó con el golpe de estado fascista) la derecha ha perdido el poder con tres presidentes socialistas: González, Zapatero y Sánchez. Estos gobiernos no sólo contaron con una oposición política irracional y despiadada, sino con la obstrucción o el recelo de las grandes corporaciones empresariales, con la descarada 'desinformación' intencionada de algunos medios de comunicación y con la complacencia interesada de algunos jueces a la hora de admitir querellas sin fundamento. Basten como ejemplo las más de veinte querellas o líneas de investigación contra Podemos, archivadas en su totalidad, pero acompañadas de cientos de titulares escupidos por la máquina que no se gripa jamás. Lo ocurrido con Mónica Oltra es otro ejemplo de este triturar impasible de la 'máquina del fango'. La denuncia presentada (¡y admitida!) contra Begoña Gómez más bien parece esperpento, pues de su planteamiento brotan comicidades amargas, caprichosas gracias que tiene a veces la línea trágica de la vida.
La mentira manifiesta y propagada se está convirtiendo en el virus más terrible para la democracia, porque la democracia es, sobre todo, información veraz, es decir, comprensión ilustrada. Cuando no hay argumentos contra las políticas concretas del Gobierno, ni tan siquiera propuestas alternativas; cuando no hay razones lógicas para votar contra iniciativas válidas para la mayoría de la población, sólo quedan la descalificación, el ataque personal al líder señalado como 'demonio', el insulto, la calumnia y el fango que contamina.
A mi modo de ver la actual 'máquina del fango' se sostiene en ágil funcionamiento con seis motores principales y eficientes. En primer lugar, la persistente e hipócrita negativa de la derecha a renovar el Poder Judicial en la forma y tiempo que señala la Constitución, lo que apunta a la resistencia de los conservadores a perder una poderosa herramienta de poder, pues los miembros actuales fueron nombrados mayoritariamente por ellos y según la norma de la que ahora reniegan. Fango solidificado y cinismo sin par.
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El segundo motor del fango se activa al considerar la derecha, una y otra vez, al gobierno de 'los otros' como 'ilegítimo', lo cual supone deslegitimar al Parlamento que lo validó, es decir, deslegitimar nuestra democracia. Lodo glutinoso con sedimentos totalitarios.
Hacer de cualquier declaración política o iniciativa legislativa del 'otro ilegítimo' o postura ante los conflictos internacionales una cuestión personal, demuestra impotencia a la vez que indignidad y conforma el tercer motor.
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El cuarto se activa con el ataque de la derecha a las instituciones cuando éstas no le son propicias en sus decisiones. ¿Recuerdan cuando Rajoy dijo que el caso Gürtel era una conspiración contra su partido? ¿O cuando Monago acusó al juez Ricardo de Prada de provocar, con su sentencia, la caída del Gobierno de Rajoy? ¿Recuerdan a Feijóo poniendo en duda la limpieza electoral con acusaciones al Servicio de Correos? González Pons dijo del Constitucional que era el «cáncer del estado» y Ayuso la emprendió contra el Fiscal General y contra la Hacienda Pública para defender a uno de los suyos. ¡Son tantos los ejemplos! Mezcla de tierra cínica y agua emponzoñada para un fétido fango,
La asunción continua y servil que realiza el PP de las políticas de negación y fango de la extrema derecha conforma el quinto motor. Fangos en el resquebrajado terreno de la convivencia provocados por las lluvias de la memoria histórica, la violencia machista o el cambio climático, entre otras.
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Y el sexto motor gira incansable y veloz con el combustible inagotable de los bulos abyectos y de las mentiras a sabiendas. Tal vez este sea el motor que mejor trabaja en la generación del fango, pues cuenta con las modernas autopistas que ponen a su disposición algunos 'mal llamados' medios de información.
Acabar con esta 'máquina del fango' que está destruyendo nuestra convivencia democrática es tarea de todos. Comencemos por dejar de suministrar combustible a cada uno de los motores que la sostienen.
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