¡A galopar, a galopar!
La Consejería de Medio Rural pretende convertir Asturias en una ciudad-región donde, por ley, todos viviremos en una gran urbe de 10.604 kilómetros cuadrados
En EL COMERCIO del 6 de octubre leemos las afirmaciones del consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial en el pleno de la Junta General ... del Principado, donde enterró el convenio para el área central porque «las alas no se reconocían en el proyecto». Despues enunció unos propositos gaseosos, al decir que su intención es «conseguir el desarrollo del área central, pero sin descontextualizarla; hace falta una visión integral del territorio». No es nada nuevo, antes se quería 'construir' una ciudad central controlada por el Principado. Después, los autollamados 'expertos' introdujeron el concepto de ciudad-región para convertir a Asturias en una compota igualada por la misma lava. Ahora el empeño es vender el jeroglífico llamado LOITA, con propuestas inconexas, tales como las de 'geometría variable', concepción 'polinuclear', nodos, estructura en red… Que no explica lo que será de las zonas rurales. Quizá el consejero no lo sepa y la idea sea de otros, los que están en el lobby de arquitectos y economistas que, como don Fernando Rubiera, dicen cosas tales como que descentralizar actividad económica hacia las zonas rurales supondrá un retroceso, o como que el futuro del espacio rural asturiano pasa por dedicarlo a reservas y parques naturales. En ello subyace la visión de una Asturias desierta, con una ciudad en el centro y algunos núcleos costeros. Ello va totalmente en contra de nuestra opinión.
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El 27 de septiembre uno de nosotros dio en San Jorge de Heres una charla denominada 'La tierra quiere Pueblo', que trató sobre nuestro espacio agrario y nuestro mundo rural, cuyo contenido compartimos los dos. Para el primero proponemos la tecnificación de la agricultura con el uso de todas las herramientas posibles. Ello implica medios e infraestructuras. Aquellas ligadas con las nuevas tecnologías son esenciales. Supone eliminar el marasmo de leyes existente para crear pocas, así como tener una Administración que en lugar de poner trabas ayude a los emprendedores, forme a las personas y exija a los trabajadores públicos estar en Asturias y no en sus covachas. Así como también crear industria agraria y comercialización. Todo ello hay que integrarlo en una visión territorial que tenga en cuenta nuestra gran diversidad, para establecer una estructura coherente, que conjugue esa diversidad que va desde las aldeas a las grandes villas. Ello debe hacerse desde la libertad y el consenso de todos, pues no hay que olvidar que en nuestra Asturias la principal especie en extinción es el humano. Opinamos también que una esencial prioridad actual es el reequilibrio regional abandonado desde la presidencia de don Pedro De Silva, lo que exige ante todo conocimiento y voluntad.
Recordamos que no tenemos tiempo que perder, pues ahora la Unión Europea está debatiendo la Agenda Rural Europea, para crear el marco del desarrollo sostenible e integrado de los territorios rurales, que incluye un conjunto de políticas transversales para erradicar la despoblación. Dentro de él se está impulsando un enfoque simplificador conocido como Desarrollo Local Participativo (CLLD). Lo recordamos porque la Consejería de Medio Rural pretende convertir a Asturias en una ciudad-región donde, por ley, todos viviremos en una gran urbe de 10.604 kilómetros cuadrados. Ella es una ensaladilla de desatinos variopintos. Como muestra de los absurdos que se incluyen en la LOITA, señalamos que solo se puede edificar en las quintanas tradicionales si se hacen actividades agrarias. Eso impide cualquier otra en el mundo rural. En lugar de abrir el mundo rural, se cierra desde un dibujo hecho por unos urbanistas para los cuales una lechuga es lo que viene en las ensaladas y la leche sale de una botella. No se les ocurren alternativas innovadoras, solo normas en las que todo lo no prohibido es obligatorio. De esa ley no se deduce si alguien ha pensado qué van a hacer en su ciudad-región con las 504.000 hectáreas (casi la mitad de la superficie regional) que suman las diferentes variedades de montes comunales que tenemos, en gran parte infrautilizadas o desaprovechadas: quizá para ellos sean agujeros negros inexistentes como lo es para algunos la materia oscura. Nos sorprende que la LOITA no incluya un artículo que decrete la desaparición del Gobierno autonómico para diseñar uno nuevo metropolitano de la ciudad-región, dado que para algunos no es nada eso que los demás llamamos Asturias.
Con esa norma Asturias dejará de ser Asturias, los campesinos dejarán de ser rurales y cada vez será más difícil localizar algún ejemplar de la principal especie en extinción de Asturias, ya que quedarán totalmente diluidos en ese nuevo paisaje de nodos y redes que se propone. En vez de eliminar las trabas burocráticas y legislativas, se crea una nueva ley con vocación de ordenación integral. Ello es un paso más en una lista de afrentas y de falta de respeto al mundo rural, cuando lo que necesitamos es un cambio radical para salir de la especialización agroecológica, que acentuará el despoblamiento. Cambio que implica diversificar la actividad económica en las zonas rurales para distribuirla por todo el territorio, desde un futuro nacido endógenamente del propio mundo rural y no desde la colonización. Cambio que no debe olvidar que hay muchísimas Asturias: como dijo Ortega hace un siglo, sería muy trabajoso contarlas. Frente a ello, aquí simplificamos y vemos la realidad regional desde la perspectiva sectorial, ignorando las disparidades territoriales. Sin embargo, poco o nada tiene que ver la problemática de las rasas costeras del occidente astur, con la situación por la que atraviesan concejos relativamente cercanos como Allande, Villayón, Grandas de Salime, Pesoz, Illano o Boal.
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Este es el momento de delimitar la división comarcal prevista en nuestro Estatuto, para poner en marcha una política regional que tenga en cuenta las particularidades geográficas, económicas, culturales y sociales que conviven dentro de Asturias. Para después evaluar el impacto sobre el medio rural y discriminar positivamente en función de los condicionantes naturales y demográficos de cada territorio.
Para terminar, reiteramos que la cuarta revolución industrial está aquí, por lo que las tecnologías digitales, con todos los desarrollos que conllevan, han arrumbado las llamadas economías de aglomeración que en su día favorecieron la creación de las economías urbanas. Algunos obvian también que ahora hay que considerar que la revolución tecnológica ha cambiado radicalmente los conceptos de espacio y tiempo, lo que abre nuevas oportunidades para emprender actividades innovadoras y competitivas en los mercados globales. Ello exige flexibilidad y dejar hacer, para dar el gran salto adelante en el desarrollo de una nueva Asturias, integrada territorialmente, innovadora y abierta a los mercados globales, tras aprovechar la oportunidad que nos brindan los fondos europeos y el cambio de paradigma hacia modelos económicos con mayor protagonismo del teletrabajo y de una localización residencial dispersa.
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Por ello, os pedimos organizar una manifestación total como la de la Escandalera del siglo XIX. Y terminamos como empezamos, recordando a Alberti:
A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar/ A corazón, suenan, suenan, resuenan/ las tierras de España en las herraduras/ galopa caballo cuatralbo, jinete del pueblo/ que la tierra es tuya.
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