Las gordas, los gordos y les gordes

GALERÍA DEL NÁUFRAGO ·

Sábado, 6 de agosto 2022, 03:02

La está liando 'gorda' el Ministerio de Igualdad de Irene Montero con la campaña 'El verano también es nuestro'. Una campaña poco fina. ¿Había necesidad ... de empoderar la gordura en las playas, después de las orgullosas y vitales 'bañistas' de Picasso, en donde en mi opinión, vagamente se inspira el cartel? Ustedes pueden observar que salvo en algunos espacios elitistas, pijos y reservada a cuerpos esculturales que lucen palmito de anuncio de perfume, la gordura se muestra en la arena, sin complejos. Pero lo peor no es lo innecesario de esta campaña veraniega, sino el enfoque y la manera concreta de abordarla. Desde el Ministerio, y por tanto desde el Gobierno, se han empleado métodos de muy cuestionada legalidad. La apropiación indebida y la manipulación de imágenes robadas y sin consentimiento de las personas que posan es moralmente censurable, y legalmente punible.

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He leído unas declaraciones de Ángela Rodríguez, secretaria de Estado de Igualdad en la que dice «sigue molestando que las mujeres gordas ocupen espacios de visibilidad pública» y achaca la polvareda que levantó la campaña 'El verano también es nuestro' al discurso del odio y el machismo. Pues no, Ángela. Nadie quita a los gordos, las gordas y les gordes que el verano sea también suyo o nuestro. Nadie, querida Ángela, se ofende ante una estatua de Botero o ante las chichas exuberantes de la buena matrona o patrono. Precisamente en Gijón, hace unos años se retiró el anuncio de una copistería por lo contrario. La imagen de espaldas una joven atlética de prietos glúteos que figuraba en el ventanal de la reprografía Cubiella y que durante veinte años no molestó a nadie, se quitó por la censura intolerante de un grupo de feministas gijonesas.

Las críticas de la campaña no tienen que ver con el menosprecio a la gordura, sino con la manipulación y apropiación indebida, por una parte, y por otra, con la ideologización más estúpida que fanática, alimentada por un ministerio proclive a las desigualdades, aunque se llame de Igualdad. Ellos, ellas y elles, alimentados a expensas del presupuesto nacional, son los culpables de una campaña catastrófica.

Las críticas a la campaña se deben a la manipulación y la ideologización más estúpida que fanática

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