El Encuentro del Corredor Atlántico Noroeste, celebrado en Santiago de Compostela, en el que participaron los gobiernos, patronales, cámaras de comercio y autoridades portuarias de ... las tres comunidades autónomas (Asturias, Galicia, Castilla y León) ha supuesto un éxito al quedar explicitadas las reivindicaciones al Gobierno sobre la mejora de la red ferroviaria, reforzado el interés por formar parte de las infraestructuras básicas de la Red Transeuropea de Transportes y alzada la voz ante cualquier intento por marginar al Corredor Atlántico y, más en concreto, al ramal del Noroeste que se incorpora en Palencia al tronco del Corredor Atlántico. La nutrida asistencia (en torno al millar de personas) y el contenido de la declaración institucional han permitido, por primera vez, una puesta en escena semejante a las llevadas a cabo por el conglomerado político y social que presiona a favor de los intereses del Corredor Mediterráneo. Antes de terminar la cumbre ya se había cosechado el primer éxito al nombrar el Gobierno a José Antonio Sebastián, un reconocido directivo de Renfe, como comisionado del Corredor Atlántico.
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De la reunión sale una hoja de ruta consistente en demandar al Gobierno un plan director del Corredor Atlántico de mercancías ferroviarias que tenga como referencia las peticiones acordadas en la cumbre que cuantifican en 7.884 millones de euros la modernización de las infraestructuras, de los que 2.760 se invertirán en Asturias, recogiendo, entre otras actuaciones, la variante de Villabona, la conexión con la Zalia y la construcción de una estación intermodal en ella, así como los accesos a El Musel. La realización de esas inversiones permitiría triplicar el transporte de mercancías por ferrocarril en el año 2040, reducir en 1.300 millones los costes logísticos de las empresas y rebajar en 22 millones las toneladas de CO2 emitidas. Las inversiones exigidas forman parte de «la deuda histórica con el noroeste», en palabras del presidente Barbón.
El motivo fundamental que ha llevado a rediseñar las redes de transporte son las emisiones de gases de efecto invernadero. Se busca sustituir el transporte de mercancías por carretera por el traslado en vías férreas al ser mucho más eficiente medioambientalmente. Cada tonelada de mercancías transportada por kilómetro, el camión emite 202 gramos de dióxido de carbono, por 23 gramos el tren. El plan del Gobierno, 'Mercancías 30', pretende que el porcentaje de mercancías transportado en tren alcance el 10% en 2030; actualmente no llega al 5%. En el noroeste, la cuota de mercancías transportadas por tren aún es más modesta, el 3%. A las anteriores consideraciones hay que añadir el ahorro económico que se logra con los trenes largos de mercancías que se demandan, de 740 metros de longitud, que duplican la carga de los actuales, reduciendo el 30% los costes del transporte. Entre las infraestructuras que se solicitan al Gobierno están los apartaderos específicos para la carga, descarga y estacionamiento de vagones de trenes largos.
La valoración de las necesidades ya estaba presente en vísperas de las últimas elecciones generales, con los 3.588 millones prometidos para la fachada atlántica del corredor, pero ocurrieron dos novedades. La primera fue la marginación del noroeste de las autopistas ferroviarias. Asturias, Galicia y parte de Castilla y León quedaban fuera de las nuevas formas de intermodalidad, que consisten en adaptar los vagones para cargar los camiones en trenes, reduciendo CO2. La segunda fue el ataque de los gestores del Corredor Mediterráneo al pedir al Gobierno que no financiara al Corredor Atlántico porque no tiene tráfico para justificar los objetivos medioambientales. Como bien recordó la Fade, Asturias es la región que más toneladas mueve en corredores de corto recorrido y la principal provincia de origen de mercancías ferroviarias. La declaración institucional busca equiparar la financiación de los corredores para evitar la discriminación entre el este y el oeste. Objetivo irrenunciable.
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