Nos olvidaremos de las contraseñas en menos que canta un gallo. Eso me lo dice un amigo experto en ciberseguridad. Yo de las contraseñas me ... olvido con relativa facilidad pero, bromas aparte, conseguir navegar por los procelosos rincones de internet sin necesidad de ir introduciendo una y otra vez una contraseña me parece, así lo digo, un milagro. Dice mi amigo que ya está en marcha un proyecto para que solo una nos habrá la puerta a todas. Estoy simplificando. Me cuesta explicar el proceso, pero se trata, a grandes rasgos, de la propuesta de FIDO, acrónimo de Fast Identity Online (Identidad Rápida Online). Es un consorcio en el que se encuentran las principales compañías tecnológicas de todo el mundo y que llevan trabajando contra la contraseña, es un decir, mucho tiempo. Los vacíos de seguridad los padecemos todos con relativa frecuencia; se calcula que, de media, tenemos, alrededor de 90 cuentas 'online' diferentes. Y lo que es más revelador: poco más de la mitad de las contraseñas que existen en el mundo (51%) son repetidas.
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Yo tengo repetidas casi todas; una tarde de abril, el mes más cruel según ciertos poetas, perdí la libreta donde anotaba escrupulosamente cada una de ellas. Ahí descubrí el poder de la tecnología y sus grandes miserias. Así que ahora me dedico a cambiarlas mediante mecanismos atropellados y locos; pongo lo que me parece le doy a recordar y santas pascuas. La mayor parte de las veces tengo que renovarlas porque, sí, el aparatito las olvida, aunque haya prometido lo contrario. Por eso espero a FIDO como agua de mayo, con la fe del carbonero y con la alegría en la yema de mis dedos. Tendrá alguna traba, seguro, pero qué hermosa es la esperanza.
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