El parque Isabel la Católica no luce estos días su mejor imagen. La importante reforma llevada a cabo por el Ayuntamiento, en la que se ... invirtió casi un millón de euros, no ha conseguido que la principal zona verde urbana de Gijón brille como se merece. El estanque está sufriendo una suerte de invasión interna de algas y ahora mismo está literalmente asfixiado.
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El caso es que el estuario donde antes se veían nadar felizmente patos y cisnes muestra un aspecto mohoso, de agua estancada, que encima empieza a oler mal. Haber captado el agua procedente del canal del Molín, también plagado de este tipo de algas, no parece haber sido la mejor de las alternativas. El problema de fondo, al parecer, es la falta de vida en el estanque. Es decir, si hubiera peces u otros animales que se alimentaran de las algas, estos elementos filamentosos no podrían campar a sus anchas. El sistema de comunicación habilitado entre los dos estanques, que haría posible que los peces del lago pequeño pasaran al grande, no está siendo efectivo. Lo extraño es que ningún experto se haya percatado de ello hasta que el verdín empezó a aflorar.
Pero no solo es el estanque. El parque luce auténticas 'calvas' en varias zonas verdes, y la cafetería, cerrada el pasado enero tras concluir la concesión, contribuye a incrementar la imagen de abandono. Por si fuera poco, las esculturas están corroídas, desconchadas y dañadas. Vamos, que el principal pulmón verde de Gijón está sufriendo un enfisema sin que nadie parezca alarmarse por ello.
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