En todos los ámbitos de la vida la mujer ha estado marcada por la desigualdad. El sexismo tiene un carácter pandémico y no es fácil encontrar un ámbito en el que no se pueda apreciar, y en el fútbol femenino se manifiesta más claramente; en la escasa presencia de mujeres en los puestos de dirección, en la falta de reconocimiento en el deporte y en especial en el fútbol son una realidad.
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El mundo del fútbol permanece como reducto de difícil acceso. Los estereotipos tradicionalmente ligados a la feminidad, como lo son la pasividad y la sumisión, siguen lamentablemente vigentes en cierta medida a la hora de elegir mujeres para determinados puestos en el fútbol, simplemente para cubrir porcentajes. No queremos puestos por porcentajes, sino por méritos, mujeres formadas y con experiencia. ¿Dónde está la meritocracia? Lástima que las mujeres en el fútbol no solo tenemos que pelear contra ese machismo, también tenemos que pelear entre nosotras, determinadas mujeres que se dejan manejar para obtener o mantener un puesto. Así no se puede avanzar.
'Curiosamente' el mundo del fútbol femenino está dominado por hombres, especialmente en los ámbitos técnico y directivo estamos infrarrepresentadas. Hay muchos más hombres que mujeres entrenando, escasa presencia en puestos de dirección, y cada vez más entrenadores se van introduciendo en el fútbol femenino utilizándolo como trampolín para darse visibilidad y poder llegar al fútbol masculino, teniendo muy poca intención de seguir en nuestro fútbol; pero como siempre hay alguna excepción.
¿Para cuando la obligatoriedad de solo mujeres en los banquillos del femenino en la liga Iberdrola y selecciones? Hay que empezar por algo, no se trata de crear guetos, muchos hombres estuvieron ahí antes para que el fútbol femenino pudiese crecer y estar donde está. No los debemos de apartar, hay que complementarse. Para ser justos esto debería de ser para nosotras, ya que si se nos cierran las puertas del fútbol masculino, ¿por qué a ellos se les abren las del femenino? Curiosamente el mayor logro del fútbol femenino de España se ha conseguido con una mujer al mando, le pese a quien le pese.
Como mujer y entrenadora de fútbol mi experiencia me dice que la mujer y el éxito en el fútbol femenino en España no son compatibles. No se nos quiere reconocer, se nos aparta para no hacer sombra a los que no han podido conseguir lo que hemos logrado. El techo de cristal del que se habla desgraciadamente existe. Siempre hay alguien ahí que no nos deja seguir creciendo.
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La realidad de las futbolistas 'profesionales' es muy desconocida. Tampoco se sabe de la situación en la que se encuentran, entrenando y jugando como profesionales sin serlo, clubes sin cuerpo médico, con muchas dificultades para tener un campo de entrenamiento y juego en buenas condiciones, bajos salarios y otros obstáculos que impiden a las mujeres desarrollarse como futbolistas profesionales y sin ver una solución a corto plazo para su profesionalización. Cada vez se tiene menos visibilidad por parte de los medios de comunicación debido a los intereses ajenos al deporte, lo que beneficia solo a unos pocos. Esto desgraciadamente nos hace ver que el retroceso de este deporte esta muy cerca, tirando por tierra poco a poco todo el trabajo de muchos años atrás, de muchas personas y entidades.
No se trata de comparar el fútbol masculino con el femenino, cometemos ese error constantemente. Tenemos que luchar por lo nuestro, saber que queremos para nuestro fútbol, donde lo queremos llevar e intentar igualarnos con otros países del mundo que están más avanzados que nosotras para poco a poco ponernos a su nivel.
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Hoy en día el 'postureo' es lo que se vende, donde queda muy bien hablar del fútbol femenino, y hacer creer que se apoya, pero que nunca se ve una apuesta real ni firme por este fútbol.
El fútbol femenino y la mujer quieren avanzar pero para eso les tienen que dejar.
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