A890 metros en línea recta, la música de Gijón Life, el festival asentado en la explanada vecina a la Escuela Superior de Marina Civil, era ... en la noche del pasado viernes apenas un murmullo. La localización pensada para la Semana Negra y rechazada en 2011 por el rector de entonces de la Universidad de Oviedo, en colusión con la alcaldesa salida de las elecciones de mayo de aquel año, sirve ahora para el fin previsto en principio. De momento, no hay noticias de manifestaciones de protesta de investigadores, perturbados en sus arduas tareas científicas, ni de saqueos y pillaje en las instalaciones del campus universitario.
Publicidad
El uso dado a aquellos terrenos es provisional, porque está previsto levantar allí una residencia universitaria, iniciativa que acaba de embarrancar de nuevo, esta vez por el desajuste de precios entre la realidad y las previsiones del proyecto. Pero mientras la situación siga sin cambios, no parece descabellado convenir que es buena idea dedicar aquella superficie, bien dotada de servicios, a la folixa musical. Lo cual no empece para reconocer que el dato cierto de que la otra noche, a menos de un kilómetro, en línea recta, de aquella procedencia solo se percibiera un rumor, ha de complementarse con el detalle de que el experimento solo se llevó a cabo con las ventanas cerradas, pese a la ola de calor.
La ola de calor, tan publicitada, tardó en manifestarse en Gijón y Asturias, pero lo hizo con intensidad grande, de modo que el simple hecho de salir a la calle ya aconsejaba tomar precauciones para no encontrarse con desagradables sorpresas en materia de salud. Traducido a cifras, la característica principal de ese calor extraordinario fue su duración, con temperaturas máximas de 27 y 28 grados, lejos, sin embargo, de otras máximas, como los 34,6 grados, con un 25% de humedad, registrados por el Observatorio Meteorológico de Gijón el 23 de setiembre de 1983, o los 31,3 grados del 7 de julio de 1941 (del estado del tiempo en Gijón hay registros desde 1923 hasta 1979, aunque la sucursal ovetense de la Agencia Estatal de Meteorología los ignore por sistema cuando facilita información sobre el tiempo en Asturias, y parece que esta vez ha guardado silencio).
Con calor o con agua -lagarto, lagarto- queda mucho verano por delante y, antes de que acabe la estación, el 1 de setiembre entrará en vigor la gratuidad total de los abonos para viajar en trenes de cercanías. En tiempos de IPC rampante, parece incuestionable que la medida beneficiará al usuario habitual, al que sería un exceso calificar de clase media (incluso si se le aplica el baremo de «Madrid es España dentro de España») pero también puede fomentar el turismo interior -ya conozco casos de interesados en el asunto- y que quien, estimulado por la gratuidad, pruebe el sistema, se convenza y no lo deje cuando vuelva a ser de pago.
1 año por solo 16€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión