Neofascismo contemporáneo

Discriminación, racismo, exclusión, totalitarismo, arbitrariedad, sexismo, segregación, desigualdad, machismo... Puedo seguir. De hecho, podría llenar un artículo con los auténticos nombres que esconde el pomposo neofascismo contemporáneo, gane o no gane elecciones

Viernes, 30 de septiembre 2022, 00:34

Ustedes entienden algo de lo que ocurre últimamente en el mundo? A ver, me explico.

Publicidad

No entiendo que un negro vote a un partido que ... odia a los negros. No me entra en la cabeza. O que una mujer vote a un partido que no odia exactamente a las mujeres, pero que las considera seres en su mayoría dependientes y cuyo precepto es que estas aspiren a ser, sobre todo, buenas mujeres. Aquí voy a hacer un inciso. ¿Qué es ser buena mujer? Por favor que me lo expliquen al detalle porque los eufemismos en este caso no me sirven. Yo es que cuando escucho esto de boca de algunos, me entra un dolor por dentro. Y una tristeza. Y una rabia. Y me invade un olor a viejo, rancio y a otra época que ya creíamos superada.

Que conste que yo también utilizo esta forma, lo de buena mujer, pero lo hago para referirme al buen corazón de la persona. Una buena persona. Una buena mujer. No me refiero, por supuesto, a si es buena esposa y buena madre, que es de lo que realmente hablamos aquí. Lo de buena esposa y buena madre es muy típico, por cierto, en las esquelas. De las de ellas. No de las de ellos. Buena madre. Buena esposa. ¿Y qué es ser buena esposa? ¿Y ser buena madre? Creo que conocemos las respuestas. Por tal motivo, no entiendo, de veras que no lo comprendo, que una mujer vote a este tipo de corporaciones políticas.

Tampoco entiendo que una persona homosexual milite en un partido que intenta, siempre que puede, echar abajo cualquier ley o reforma que le beneficie, ayude o proteja. Ya no digamos que vote o sea simpatizante de esos otros que directamente odian a los homosexuales. Como odian a los negros y a las mujeres que no son buenas mujeres; a las que aspiran a que en sus esquelas ponga algo más que buena hija (esto antes se me había pasado), buena esposa y buena madre. A veces también buena abuela.

Publicidad

Tampoco entiendo que aquellos cuyas vidas se alejan de los preceptos y dogmas cristianos quieran que la Iglesia les acepte. Es como ser negro y querer ser del Ku Klux Klan, que parece una broma a pesar de que una vez ocurrió. La película de Spike Lee, 'Infiltrado en el KKKlan' (2018), está basada en este hecho excepcional. O ser negro y ser de un partido nacionalsocialista o nazi, por mucho que este se lave la cara y se cambie el nombre, como se ha hecho en Alemania, que ahora el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, es decir, el de Adolf Hitler, se llama Partido Nacionaldemocrático de Alemania.

Antes creía en el sentido común y en la sabiduría popular, pero ahora no. Ya no. Tampoco creo en la meritocracia. No. Solo creo, que no es poco, en la esperanza, que puede sonar a fantasía, pero menos es nada. Esperanza de que haya quien decida leer más, aprender más y así pensar más. La esperanza de que nos demos cuenta de que el neofascismo contemporáneo, como ahora se denomina, no deja de ser el fascismo de toda la vida, pero con una chaqueta que brilla más. Fascismo, discriminación, racismo, exclusión, totalitarismo, arbitrariedad, sexismo, segregación, desigualdad, machismo... Puedo seguir. De hecho, podría llenar un artículo con los auténticos nombres que esconde el pomposo neofascismo contemporáneo, gane o no gane elecciones.

Publicidad

Esperanza, les decía. La tengo. Todavía me queda alguna porque no quiero que la necedad, la estulticia, el oscurantismo y la intolerancia gobiernen el mundo, pero, ¿saben una cosa? Solo depende de nosotros.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad