Ayuso

El personaje se devora a la persona; ignora quién es, pero sabe su papel, odia la fruta que regala en el Congreso, sin estudiar a Kant sabe que la libertad cabe en una caña, sueña dirigir un país plural con lengua única, casa la imagen de quien no rompe un plato con la afición por imitar elefantes en la cacharrería, inaugura hospitales de campaña (electoral) a la vez que clausura –por su bien– residencias de ancianos, exige separar vida política y privada mientras su novio ordeña las virtudes de lo público, viste de ofendidita en modelos y modales, combina el verso libre con su vasta prosa basta y la imagen de adolescente inocente con tics de muñeco diabólico... Tez blanquecina sobre fondo oscuro.

Mérito dar humo por fuego, hacer de la nada, algo; del cabreo, opción; de la reacción, acción; del deseo, logro y del sueño, pesadilla. Pronto habrá tesis sobre su concepto de libertad. Más mérito crear la Facultad de Magia, Quiromancia y Cartomancia a partir de la Escuela de Artes y Oficios 'Miguel Ángel Rodríguez', pluma prosaica de verbo fácil y calificativo sin sustantivo. Allí se aprende a dar fontanería por aeronáutica, vinazo por Vega Sicilia, bulo por bula, bajeza por altura de miras, circo por pan, comedia por drama, Colón por bandera, teatro por política. Cierto: la magia siempre vuelve. ¡Cuánto verbo para tanta nada!, ¡cuánto colorido para rellenar el vacío!, ¡cuánto ropaje para tamaño desnudo!