Se dice que la campaña electoral va a ser a cara de perro. Por ejemplo, una ministra declara que en las elecciones están en juego ... las libertades. Y leemos que estas elecciones serán o bien un plebiscito, o bien una primera vuelta de las próximas elecciones generales. Como si el hecho de elegir concejales en los ayuntamientos y diputados a la Junta General del Principado fuese un mero pretexto. Esto me recuerda a aquella oscura intención que se le escapó a Zapatero en 2008 a Iñaqui Gabilondo cuando pensaba que el micrófono se había apagado después de una larga entrevista. El periodista le preguntó en plan coleguilla al presidente sobre los sondeos. ZP contestó: «Bien, sin problemas, pero nos conviene que haya tensión». Y luego, 'sotto voce', añadió: «Esta última semana habrá que dramatizar».
Publicidad
Pues bien, lo peculiar de esta campaña, al menos en Asturias, es que, al menos en la calle y entre la gente, suele ser habitual una cierta serenidad. Hasta ahora no hemos escuchado entre los aspirantes a las alcaldías o al Gobierno del Principado expresiones como «hay que parar al fascismo», tan utilizada en las últimas elecciones en Madrid. Aunque se quiera buscar enfrentamientos, no es esa la tónica general, al menos entre las candidaturas locales y autonómicas con mayores posibilidades de éxito. No sabemos si con el desembarco de los líderes nacionales esta apacible tranquilidad se romperá y volverán las provocaciones para tensionar y dramatizar, pero sería deseable que esto no sucediese.
La larga precampaña fue pródiga en promesas, especialmente en Gijón. Desde los nuevos intercambiadores de autobuses a las nuevas sedes vecinales y culturales, una de ellas nada más y nada menos que en el 'solarón', pasando por soterramientos, manzanas verdes y otras acciones en el país de Jauja. No sé qué promesas pueden quedar para estas últimas semanas, pero por prometer que no quede. Lo cierto es que echaremos en falta más debates -la negativa de Floro a intervenir más allá de dos debates programados me parece inexplicable-, nos sobrarán promesas y agradeceremos el tono sereno y tranquilo que nos hace pensar que en Asturias no sería descabellado otro tipo de coaliciones y acuerdos entre las dos fuerzas mayoritarias, y que los políticos que se presentan a las elecciones no son lobos para los otros políticos.
1 año por solo 16€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión