Multa a las Marchas de la Dignidad por ocupar la plaza de la Constitución de Oviedo

A veces, la actualidad, como la vida, es puro teatro. Las Marchas de la Dignidad convocaron ayer una rueda de prensa en la plaza de la Constitución para explicar, según dijo su portavoz Silvia Salamanca, su versión sobre la okupación del Ayuntamiento el pasado 22 de octubre por parte de una quincena de sus miembros. «Todo el mundo ha hablado, menos nosotros», afirmó. Recordó que la jornada de protesta de octubre es «una convocatoria a nivel estatal» y que la entrada en el Consistorio «se había decidido antes de las elecciones y de saber quién iba a gobernar». También, que las Marchas de la Dignidad ya habían realizado acciones similares otros años, como cuando entraron en las oficinas del INEM o en la Junta General, que fue rodeada «con papel higiénico». Nada en contra del Ayuntamiento de Oviedo, tan solo una forma de hacer visible «nuestra oposición a los recortes y defensa de unos servicios públicos de calidad». Al igual, ejemplificó Salamanca, que se hicieron otros encierros «para defender el carbón. Tan lícito y legítimo es encerrarse para defender el carbón como para pedir pan, techo, trabajo y dignidad para el pueblo».

Restó trascendencia a la okupación. Tras la entrada «por sorpresa» de las quince personas que accedieron a la Casa Consistorial, existió una negociación «tensa» entre los ocupantes y el equipo de gobierno local, que «al principio no entendía muy bien» el objetivo de la acción. «Se les explicó porqué estábamos allí, así como nuestra reivindicación, y tras unos momentos tensos logramos llegar a un acuerdo para dormir en otras dependencias municipales», las de la sala de prensa, resumió Salamanca. También negó diferencias entre los tres socios sobre su invasión, «la propuesta y el acuerdo fue con los tres».

La rueda de prensa agonizaba y los medios plegaban velas, hasta que Salamanca quiso añadir una novedad que se le «había olvidado»: «Mostrar su total rechazo a la apertura de cinco denuncias policiales» contra las Marchas de la Dignidad. Denuncias, recordó, que «vienen de un Ayuntamiento que ha rechazado de forma unánime la 'ley mordaza'». Claro que las mismas no tienen que ver con la polémica y recurrida ante el Constitucional reforma del Código Penal, sino con la ocupación, sin permisos, del espacio público. Salamanca admitió que se refieren «a la entrada de dos furgonetas, a pasar la noche en la plaza». También, a servir comida y bebida o exceder el espacio autorizado.

Y casi suman una sexta. Un policía local trató ayer de identificar a los convocantes de la rueda de prensa y quienes les apoyaban sosteniendo una pancarta detrás. Tampoco esta vez tenían permisos.