Asistentes a uno de los conciertos en la Plaza de la Catedral en una edición anterior de San Mateo.

La plaza de la Catedral no da miedo

La mayoría de ciudadanos no siente que falte seguridad durante los conciertos

V. Martín

Miércoles, 31 de agosto 2016, 16:21

Esta semana, la Asociación de Vigilantes de Seguridad Privada de Asturias (Avispa), ha pedido la suspensión cautelar de los conciertos de San Mateo en la plaza de la Catedral porque, en su opinión, «faltan garantías de seguridad».

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Los vigilantes privados hicieron pública su preocupación por la dificultad que existe para controlar el aforo en un lugar como la Catedral, donde además «no existen unas vías de evacuación adecuadas», explicaba en rueda de prensa el portavoz de Avispa, Jorge Fernández Cuesta., a cuyas críticas se sumó también el Partido Popular.

El concejal de Cultura y presidente de la Sociedad Ovetense de Festejos, Roberto Sánchez Ramos, por su parte, aseguró el miércoles que «en Oviedo nunca ha habido problemas de seguridad ni los habrá», e informó de que la Policía Local establecerá un control de accesos a la Plaza de la Catedral y cuando las fuerzas de seguridad consideren que el aforo de este espacio esté completo, no permitirán que entren más personas a través de ninguna de las calles que dan acceso a la plaza.

El edil de Cultura también consideró esta polémica como «una campaña de rabia sostenida del PP tras la pérdida de las elecciones» y explicó que «un plan de seguridad, según el Real Decreto de 2007, solo es necesario en espacios abiertos para concentraciones de más de 20.000 personas», afirmó el edil.

Preguntando a los ciudadanos acerca de su sensación cuando acuden a ver un concierto en la plaza de la Catedral durante las fiestas de San Mateo, las opiniones son diversas. Hay quienes, como Rafael Polledo, creen que «es verdad que en los últimos años nos preocupamos más por la seguridad que antes, y si además nos encontramos con calles estrechas puede que nos dé un poco más de temor que otras veces». En la misma línea se manifestaron Diego Armando y Dayana Guanopatín, que, en alguna ocasión, al situarse más cerca del escenario se han sentido «un poco aprisionados entre tanta gente, pero solo con algunos conciertos», comentan.

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José Ramón Cuesta, en cambio, cuenta que lleva «toda la vida yendo a los conciertos y actividades de la plaza de la Catedral y sensación de peligro no he tenido jamás. Incluso hace años iba mucha más gente que ahora y nunca tuvimos miedo ni nunca nos pasó nada». Esa es su opinión y muy parecida es también la de Jaime González, un joven que cuenta cómo cuando él ha ido a algún concierto «no se ha llenado tanto la plaza como para que pasara algo. Nunca ha habido apelotonamientos», dice desde su experiencia.

Marisol Revenga, ovetense que aprovecha cada año las fiestas para disfrutar de los conciertos de la Catedral, ha encontrado desde hace años la fórmula para evitar sentirse agobiada en el caso de que haya mucha gente: «yo me quedo siempre al final de la plaza, porque además cerca del escenario el sonido es muy fuerte, y además de ser más cómodo, hay acceso más rápido a todas las salidas», concluye.

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