El equipo de gobierno asume que no podrá convocar las 70 plazas de interinos anunciadas
El Pleno acuerda pedir a Rajoy que flexibilice el uso del superávit para financiar inversiones
Gonzalo Díaz-Rubín
Jueves, 5 de enero 2017, 01:44
«Las previsiones para 2016 son de 5.600 millones de superávit. Los necesitamos para cumplir con Europa». A la salida del Pleno, el concejal popular Eduardo Rodríguez (PP), insistía en los argumentos que llevaron a su grupo a ser el único que se opuso a que el Ayuntamiento demandase al Gobierno más flexibilidad en el uso del remanente de tesorería para financiar inversiones. La cosa suena muy técnica. Lo es, pero se explica fácil para socialista Ricardo Fernández. «El entramado legal», enunció, montado al inicio de la crisis de deuda por el ejecutivo de Mariano Rajoy apretó a los ayuntamientos. Les prohibió contratar personal, les impuso la regla de gasto o vetó el gasto del superávit en inversiones. «La situación de 2012 no es la misma que la de 2016», abundó, «se ha creado un superávit estructural de 4.500 millones de euros el último año», el de 2015, 4.500 o 5.600, si se cumplen las previsiones de Eduardo Rodríguez, son mucho dinero que los ayuntamientos no pueden gastar, pero que ayudan a compensar el agujero en los dineros públicos estatal y autonómico, que está lejos de cerrarse. Pasado lo peor de la crisis, los municipios protestan. «Son leyes que resultan absurdas en un Ayuntamiento como este con un superávit crónico», lo hizo el concejal de Economía, Rubén Rosón. «Leyes que obligan a los ayuntamientos a cancelar deuda de forma anticipada, aunque tengan penalización por hacerlo, en detrimento de las necesidades de los vecinos».
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En ese escenario, Rosón asumió que los planes del equipo de gobierno para contratar este año a 70 nuevos funcionarios interinos son papel mojado. «En un Ayuntamiento como este, envejecido y en el que se jubilan de media 20 o 30 personas, se nos prohíbe contratar nuevos trabajadores por la tasa de reposición». Los jueces «nos paralizaron 29 plazas en 2016» porque la incumplían, «pero en 2017, nos paralizan tres millones de euros para contratar 70 personas más», lamentó. «No porque no tengamos dinero, sino porque no quieren que contratemos personal público».
El debate giró hacia la política nacional, con el portavoz de Ciudadanos, Luis Pacho, recordando, «sin acritud» al PSOE que en Madrid ha votado a favor del objetivo de déficit y el techo de gasto «y ahora parece que quieren saltárselo», pero también a lo local. A su pasado reciente. Ricardo Fernández criticó la negativa del PP a apoyar la moción. «La teoría está muy bien», expuso, «pero el suelo empedrado del gasto público ese que conduce al infierno», parafraseó al popular, «en este Ayuntamiento de Oviedo está aderezado con una gestión catastrófica con una deuda oculta que los ciudadanos tendrán que afrontar».
Rosón defendió que «tiene que acabarse este sinsentido» y culpó a las restricciones al gasto del Gobierno de que en 2016 no hayan podido hacerse inversiones por 10 millones de euros, «porque no eran financieramente sostenibles».
Rodríguez replicó que «es curioso» que acusen al PP «cuando no tenemos ni proyecto presupuestario. En 15 meses, se han pasado seis en prórroga presupuestaria, un récord». También para afearle que la ejecución de las inversiones no llega al 14%. «Para los Reyes, pido el proyecto de presupuestos». Pidió, pero no llegará. Como parece que tampoco habrá más flexibilidad para el uso del remanente. El Gobierno ha prometido una comisión para estudiarlo, pero es más fácil apretar a 8.000 entes pequeños, dispersos y desunidos que a 17 presidentes, varios de los suyos.
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Pobreza energética
Más técnico y oscuro se volvió el debate sobre la proposición de Somos contra la pobreza energética. Los firmantes en Madrid del acuerdo que evitará los cortes de suministro a los usuarios del bono social se desmarcaron. PP votó en contra y el PSOE, al igual que Ciudadanos, se abstuvo. Y dio igual que la líder de Somos Ana Taboada protestase por el hecho de que el pacto no cubre a los usuarios con un contrato normal, el 80% de los asturianos, o que la portavoz de IU, Cristina Pontón, recordase que hay más de 5,3 millones de españoles que pasan frío por no poder pagar la calefacción.
El debate se lo perdió la concejala de Somos Isabel González Bermejo que no asistió al que habría sido su último pleno antes de trasladarse a vivir a Cuba. Casi se lo pierde Eduardo Llano. Agustín Iglesias Caunedo tuvo que advertir al alcalde de que el edil no podía subir hasta el salón de Plenos. El ascensor lleva averiado varias semanas. Sin Bermejo había empate a 13, no se lo perdieron varios concejales de gobierno griposos o convalecientes. Por si acaso.
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