Las expropiaciones se comen uno de cada siete euros

Uno de cada siete euros del presupuesto municipal en vías de aprobación se destinará a pagar expropiaciones hechas (mal) en 1998. La principal, la de Villa Magdalena. La 'biblioteca más cara del mundo' se comerá 23,5 millones de euros de principal y 9,35 de intereses de demora después de que el PP aprobase consignar el justiprecio original, pero no lo hiciese, permitiendo al expropiado pedir una nueva valoración en 2007, en el punto más alto de la burbuja inmobiliaria.

El equipo de gobierno lo destaca en el proyecto de presupuestos. En lugar de sumar todas las partidas de expropiaciones, deja, en renglón aparte y separada, la del palacete. Al igual que hace para resaltar los intereses de demora que corresponden a una operación en la que la ciudad ha acabado pagando más de 60 millones de euros por una finca que le costó al expropiado 3,4 dos años antes que la ocupación.

Aunque la de Villa Magdalena es con mucho la más importante y la única que merece un tratamiento diferenciado en el presupuesto, no es la única expropiación del pasado que se carga a los presupuestos de este año. Otros 2,5 millones largos corresponden a las de Rodríguez Cabezas, de trámite tan parecido a la del palacete, que hasta se aprobaron el mismo día.

Más y menos

El proyecto de presupuestos deja en negro sobre blanco, la cantidad que se ahorra el Ayuntamiento tras la compleja recuperación de la gestión del servicio de Recaudación a medias con el Principado. Frente a los 8,3 millones de euros que se presupuestaron para pagar a La Auxiliar de Recaudación en 2016, las cuentas prevén que este año los costes no pasen de los cuatro millones de euros. Un ahorro que ayuda a cuadrar las cuentas, como también lo hace la progresiva reducción de la deuda de los últimos años con menos intereses a pagar a los bancos (un millón de euros, frente a los 1,5 de 2016) y menos principal a amortizar, de 14,6 millones se reduce a 11,5.

Donde no ahorrará el equipo de gobierno es en ayudas sociales o a las familias. Crecen los presupuestos de las concejalías de Atención a las Personas y de Educación, con un nuevo aumento de las partidas para becas y ayudas de comedor o libros, mientras baja el gasto en Infraestructuras y en Seguridad Ciudadana.

En realidad, las cuentas municipales de este año tienen mal arreglo. Acorralado entre los pufos del pasado y la normativa del Ministerio de Hacienda, el equipo de gobierno hizo un esfuerzo importante para que pese a todo fuesen los del «gasto social y el empleo». Tras las sentencias, se salva lo primero y apenas unos hilos de los segundo con bolsas para acumulación de tareas, becas o personal temporal. Pero la edad media de la plantilla municipal no engaña. Sigue subiendo. Solo para pagar prejubilaciones, el equipo de gobierno ha tenido que triplicar la partida prespuestaria del año pasado, hasta los 350.000 euros.