Más coordinación que en Uría

Algo hemos aprendido desde el incendio que el pasado mes de abril costó la vida al bombero Eloy Palacio y la pérdida de dos edificios protegidos en Uría y Melquíades Álvarez. La reacción al incendio de ayer en la avenida de Pumarín fue inmediata. Cuando la primera dotación llegó al lugar y comprobó la dimensión y dificultades que entrañaba el fuego, se envió desde el parque una segunda nodriza y se solicitaron refuerzos al Principado. Casi al mismo tiempo llegaron dos grúas del servicio municipal para retirar coches que pudieran entorpecer la intervención, a la vez que la Policía Local comenzaba a desalojar los inmuebles cercanos y a establecer un doble perímetro de seguridad.

Hubo algún problema con el agua al inicio -una boca de riego estaba inutilizada y otra rendía muy poca agua- y por la emisora se escuchó con claridad a los bomberos que trabajaban en el interior del local pedir más «agua» y «más presión». Una de las nodrizas tuvo que acudir al parque a recargar. La situación, sin embargo, se encauzó a los pocos minutos al enganchar al doble hidrante situado a la puerta de la discoteca Espacio Estilo, en Joaquina Bobela.

La concejala de Infraestructuras, Ana Rivas, siguió las operaciones de cerca y dio aviso a los técnicos de Aqualia para que localizasen nuevas bocas de incendio en las inmediaciones por si fuese necesario; entre ellos, uno situado en la calle Piñole a pocos metros del lugar del incendio.

Una reacción rápida y coordinada que contrastó con la del incendio de Uría, donde la solicitud de refuerzos al Principado tardó horas o donde los bomberos tuvieron continuos problemas con el agua al ser incapaces de encontrar tomas en condiciones en la zona, lo que obligó a enviar a las cubas a rellenar al edificio de Seguridad Ciudadana en hasta nueve ocasiones.