El acusado de mandar más de 200 mensajes a una compañera de trabajo en Oviedo está «ilocalizable»
El hombre se enfrenta a un año de cárcel y a una órden de alejamiento por acoso
EFE
Lunes, 25 de noviembre 2019, 11:37
El juicio contra el acusado de coaccionar a una compañera de trabajo para tener una relación sentimental con él se ha suspendido este lunes al estar «ilocalizable» el procesado, según han informado fuentes judiciales.
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El hombre, que afronta un año de cárcel por acosar a la víctima con 221 mensajes y 17 llamadas en apenas cuatro meses, no se ha presentado en la sala de vistas del Juzgado de lo Penal número 2 de Oviedo por lo que, según las mismas fuentes, se emitirá previsiblemente una orden de busca y captura contra él.
El acusado trabajaba como empleado en una nave en la calle Almacenes Industriales de Oviedo, donde la víctima empezó a trabajar en marzo de 2018.
Desde el principio el acusado ofreció a la mujer su ayuda para toda cuestión relativa al trabajo, por lo que ambos mantuvieron una fluida relación.
La Fiscalía sostiene que, cuando habían transcurrido dos semanas, el acusado comenzó a dirigir a su compañera insinuaciones con la finalidad de mantener con ella una relación sentimental, propuestas que fueron rechazadas en todo momento por ésta, quien le retiró la palabra.
El acusado no aceptó la negativa y «con la intención de doblegar su voluntad», según la Fiscalía, inició una actitud de seguimiento persistente y reiterado. Según el relato fiscal, comenzó a enviarle mensajes a través de la aplicación WhatsApp, que contenían reproches personales sobre su cambio de humor, le recriminaba que «le pusiera mala cara» cuando le veía y utilizaba expresiones insultantes.
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Además, le comunicaba, al mismo tiempo, lo mal que le sentaba el hecho de imaginarse que pudiera estar besándose con otro y le pedía una y otra vez que le hablara cuando ella no contestaba sus misivas.
Cuando la víctima bloqueaba al acusado para poner de manifiesto que no quería mantener contacto alguno con él a través de alguna aplicación, éste optaba por comunicarse con ella mediante otras redes sociales.
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La Fiscalía mantiene que la víctima llegó a recibir 221 mensajes, de los que 127 se enviaron por WhatsApp, entre el 29 de mayo y el 25 de julio, otros 25 entre el 10 de junio y el 28 de julio, en los que le pedía que lo desbloqueara y que volvieran a tener «risas y confianza», así como 69 por SMS entre el 10 de junio y el 21 de julio. También la llamó 17 veces por teléfono entre el 7 de abril y el 20 de julio, tanto a primera hora como por la noche, pese a que ella le pedía expresamente que la dejara «en paz».
Además, procuraba el contacto físico con ella y, según la acusación, le tocaba la cabeza o el hombro y a veces la empujaba levemente por los pasillos de la empresa en la que ambos trabajaban y luego se disculpaba alegando que había sido sin querer. Habitualmente la esperaba a la salida del trabajo e insistía en llevarla en coche a su domicilio o la seguía con su vehículo.
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La conducta del acusado, según la Fiscalía, obligó a su víctima, además de a bloquearlo de los medios de comunicación que utilizaba, tuvo que cambiar hasta cuatro veces su ruta de regreso desde el trabajo a su domicilio optando por zonas concurridas por temor a ser seguida por él y pidió a una amiga que la acompañara.
Tras denunciarlo en septiembre de 2018 tuvo que seguir tratamiento debido al agobio que sentía por la conducta insistente del acusado. La Fiscalía solicita la prohibición de comunicación con la víctima durante tres años y que se le imponga al acusado una orden de alejamiento a menos de 500 metros de su domicilio, lugar de trabajo y cualquier otro que sea frecuentado por ella.
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En concepto de responsabilidad civil, el Ministerio Fiscal pide que el acusado indemnice a la mujer con 3.000 euros por el daño moral sufrido, más los intereses legales correspondientes.
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