«El asalto a la Cámara Santa fue para bien. Ahora la Catedral está blindada»

Al hoy deán de la Catedral, cargo en el que lleva más de una década, todavía le cuesta tragar saliva cuando rememora el asalto a la Cámara Santa acaecido en agosto de 1977. «Suelo llegar temprano y, aquella mañana, otro canónigo y yo entramos y vimos una cuerda que iba desde el balconcito de la Cámara Santa al crucero y pensamos: '¿Cómo está eso ahí?'. Así que fuimos para allá y nos quedamos en blanco. No nos lo podíamos creer. Tremendo. Yo llevaba aquí año y medio. Fue algo muy impresionante, pero todo es para bien».

-¿A qué se refiere?

-A que aquello fue un aldabonazo, un revulsivo, porque, en aquel momento, la Cámara Santa tenía una seguridad mínima. No había ninguna restricción, ni una alarma, tocabas las cosas, tenía unas puertas normalitas... y entonces creías que eso era suficiente y ni te imaginabas que alguien pudiese hacer algo así. Ahora, en cambio, la Catedral está blindada. Incluso si retuviesen a la persona que guarda las llaves y le quisiesen obligar a abrir, no podría, porque hay tres llaves sincronizadas.