Baja la ocupación hotelera y los precios «se desploman» hasta un 40% por la pandemia

Los hoteles afrontaban tradicionalmente agosto como el mes más importante, pero este año todo será distinto. Algunos establecimientos, como el Ramiro I y el Barceló Oviedo Cervantes, llevan desde el 1 de julio recibiendo clientes y otros, como el Reconquista, Las Caldas Villa Termal y el OCA Santo Domingo Plaza, reabrieron sus puertas hace dos semanas tras un parón de cuatro meses por culpa de la pandemia. Aunque las previsiones para agosto no tienen nada que ver a las del año pasado, muchos hoteleros se muestran contentos con los datos obtenidos desde la reapertura: «Las expectativas eran malas y nos ha ido mejor de lo que esperábamos». Todo ello gracias al «desplome» de los precios.

Pasar el fin de semana del 15 en una habitación doble en un cuatro estrellas sale a 80 euros la noche. El año pasado, por las mismas fechas era imposible encontrar una por menos de 130 euros en un tres estrellas y 140 en uno de cuatro. Una diferencia del 40% que hace que muchos clientes se animen a reservar. «De cara a agosto tenemos un poco de incertidumbre porque todo es más a última hora», apunta el director del Ramiro I, Alejandro Álvarez.

Los días en los que no surgen rebrotes del coronavirus COVID-19 en Asturias «aumentan las reservas», pero cuando se anuncian nuevos casos «caen». Ahora está por ver cómo será el mes turístico por excelencia: «Para los primeros días de agosto han bajado el número de reservas, aunque en general el mes tiene buena pinta después de registrar julio con una ocupación muy inferior al año pasado».

Por aquel entonces, añade, se rozó el «lleno». Este año los datos bajan pero no quieren caer en el pesimismo. «Hemos tenido una ocupación de entre el 75 y un 80%, pero todo a costa de los precios, que se han desplomado. Mi objetivo es tener actividad: facturar y vender».

Lucía Álvarez, subdirectora del hotel de la Reconquista, explica que las previsiones que tenían para los primeros días de actividad eran «malas», pero la respuesta por parte de los clientes ha sido «mejor de la esperada». Reabrieron las instalaciones el 15 de julio y han registrado hasta ahora una ocupación del 30%. «Para agosto esperamos el 50% si no hay rebrotes». Muchos de sus clientes son «del otro lado del Atlántico», aunque este tipo de turismo se da este año por perdido por culpa de la pandemia.

Todas las reservas hasta ahora han sido nacionales y la previsión es que siga así durante las próximas semanas. «Tenemos muchos clientes mejicanos y de Estados Unidos», indica. «En la actualidad todas nuestras habitaciones están abiertas», añade. Son 142, pero las rutinas dentro de los hoteles son diferentes.

Los desayunos siguen siendo buffet, pero asistidos. El cliente selecciona lo que quiere y es un camarero quien se lo sirve a la mesa. El bar solamente lo tienen abierto para las cenas de los alojados, el restaurante Mil Setecientos 52 sigue con la persiana echada mientras que el parking solo está abierto para clientes y abonados.

Con estas medidas pretenden evitar tránsitos continuos de gente de fuera del hotel. «Hay un protocolo COVID y a nosotros también nos ha afectado el tema de las bodas. Algunas se han cambiado para el otoño y otras para el año que viene».

Muchos están postergando sus planes para 2021, pero la realidad hace que se planteen que igual el año que viene tampoco se puedan hacer celebraciones multitudinarias. Se podrán cuando haya vacuna. Además, la situación en Asturias empieza a ser, según el director general de Salud Pública, Rafael Cofiño, «crítica».

Tan solo en el día de ayer se detectaron tres positivos, y ya se ha llegado al centenar de afectados por el COVID-19, en lo que parece una segunda ola del brote. Las autoridades sanitarias inciden en que una de las mejores formas para prevenir es ponerse la mascarilla, junto a la distancia de seguridad y el lavado de manos, pero este es un arma de doble filo para los hoteleros.

Dice Óscar Cao, director del hotel Barceló Oviedo Cervantes, que desde la instauración de la obligatoriedad de la mascarilla se han estancado el número de reservas. «Hasta entonces íbamos bien, sin tirar cohetes, pero bien. Mucha gente siente que Asturias es un lugar seguro, pero llevamos diez días estancados en el número de reservas para agosto».

Los turistas vienen, sobre todo, del País Vasco, Andalucía, Madrid y Zaragoza. Muchos han aprovechado este verano 'extraño' para hacer una ruta por el norte del país. «Hasta ahora no hemos llenado ningún día el hotel y esto nos permite tener las habitaciones libres, al menos veinticuatro horas, desde la marcha del cliente».

De esta forma, la estancia se «airea». Tampoco hay cartelería informativa en las habitaciones. Todo se hace a través de una aplicación para el móvil. Las sábanas se lavan a setenta grados. Todo para evitar un nuevo cierre que muchos restauradores y hoteleros no podrían soportar.

La buena demanda ha hecho que Las Caldas Villa Termal recuperase ayer el 100% de su actividad con la reapertura del Gran Hotel Las Caldas Wellness Clinic y también el Manantial. A ello hay que añadir un servicio de brunch durante los fines de semana. La directora del hotel Oca Santo Domingo, Elena Mayor, incide en que de cara a agosto el precio medio de la habitación «ha bajado muchísimo». Además, la cuarentena impuesta por Inglaterra para los viajeros tras pisar España les perjudica sobre todo para los clientes que se alojaban allí mientras hacían el Camino de Santiago: «Al final todo nos afecta».