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Fiestas del barrio ovetense este junio. MARIO ROJAS
Vetusta

Un barrio hecho a sí mismo

La zona de Vetusta es, para los propios vecinos, «uno de los grandes desconocidos», pero la vuelta de las fiestas lo ha situado en el mapa

COVADONGA DEL NERO

Lunes, 27 de junio 2022, 03:02

Entre La Tenderina, Campo de los Patos y Otero, al este de la capital asturiana, con los años y poco a poco, ha ido creciendo y haciéndose a sí mismo un nuevo barrio que, cada vez, va siendo más barrio y más conocido. Para los propios vecinos de Vetusta se trata de «uno de los grandes desconocidos de Oviedo» por ubicación y condición.

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Hace ya cincuenta años que comenzaron a edificarse algunas de las viviendas, tal y como recuerdan desde la asociación de vecinos, y la mayoría de quienes entonces buscaron refugio en esta zona, a apenas cinco minutos del caso Antiguo de Oviedo, pero separado de él por el inicio de la Ronda Sur, continúan hoy formando parte de Vetusta. Pero ha ido más allá, en una nueva edificación, en siete fases, fue en 2007 cuando el barrio terminó de convertirse en lo que es hoy en día.

Antonio Raposo, en su cafetería de más de treinta años.

«Vetusta es uno de los mejores barrios de Oviedo para vivir»

Antonio Raposo trabajaba hace más de treinta años en la fábrica de armas de La Vega cuando «todo aquello empezó a tambalearse poco a poco» y ofrecieron a la plantilla interesada la opción de bajas incentivadas para «poder marcharnos en busca de un nuevo trabajo». Entonces, Raposo, junto a otro socio, conocían un local ubicado en el número 41 de la Avenida de Torrelavega. Allí, decidieron instalar su bar y cafetería, El Canary's. Con los años, se ha ido convirtiendo en todo un referente entre los vecinos del barrio. Pocos son los que, en estos 34 años de andadura, no hayan pasado a tomarse algo por este negocio hostelero.

«Teníamos constancia de un buen local en esta calle amplia y bien ubicada, y no dudamos», recuerda el dueño. De aquella «no tenía nada que ver el barrio». «Ha cambiado todo muchísimo: las calles eran muy distintas; el asfalto, las aceras...», asegura observando el estado en el que se encuentra una zona que ahora luce llena de aparcamientos en zona blanca para los vehículos.

«La iglesia parroquial de San Javier no estaba, todo eso ha ido llegando con los años», indica Raposo. Además, nota cómo «han ido llegando nuevos vecinos, que han ido formando familiar con críos pequeños y han dado mucha vida al barrio». Una vida que se compagina con la de «los de Vetusta de toda la vida». «No paró de llegar gente desde que empezaron la edificación de la parte de abajo», refiriéndose a las nuevas viviendas, más cercanas al parque de Vetusta que a La Tenderina.

Para Raposo, el barrio «está muy bien comunicado, cuentas con salidas a cualquier parte de Oviedo con el coche y, a pie, en cinco minutos estás en el centro». Asimismo, cuentan con «todos los servicios necesarios: bares, bancos, farmacias; todo lo que hace falta para vivir». El hostelero lo tiene muy claro: «es uno de los mejores barrios de Oviedo», sostiene con vehemencia.

Javier de la Fuente y Gianna Rith Pan, en El Cafeto de Bizcoletas.

«Esta zona tiene muchísimo ambiente todos los días»

Hace un par de años, y tras la buena experiencia adquirida en su primer negocio, Paula García decidió ampliar su red de cafeterías, llegando con El Cafeto de Bizcoletas a la esquina de la Avenida de Torrelavega con Alonso de Proaza, con el fruto de su primer local, ubicado en La Corredoria. Como ella misma explica, la decisión de ubicarse en el barrio de Vetusta, a pesar de no residir en él, se debió a la propia zona. «Es un local con una terraza grande y frente a una iglesia, un sitio de mucha afluencia de gente», explica García.

En el negocio trabajaban varios profesionales que coinciden en que se trata de una zona en la que «hay muchísimo ambiente todos los días y a todas horas». La ubicación, justo en frente de la parroquia de San Javier de La Tenderina lo convierte en un enclave único en el que «no para de pasar gente por la avenida, que es amplia y permite aparcar», por lo que es un continuo flujo de vehículos.

Pero también vecinos más mayores que acuden a la iglesia, sobre todo los sábados y los domingos, y familias que aprovechan el fin de semana, «llenan toda la plaza; si hace bueno, esto está lleno de gente». El parque suele contar con la presencia de niños jugando con la pelota y perros con sus dueños. «Cada vez hay más gente joven, con o sin hijos, que van viniendo a esta zona», aseguran los empleados, que viven el día a día de Vetusta ofreciendo sus cafés a los vecinos.

La cercanía con el centro es algo que resaltan desde la cafetería, además de destacar «las buenas conexiones de autobús que en apenas unos minutos te dejan en pleno casco Antiguo». Lo cierto es que esos escasos metros hasta el centro histórico son cuesta arriba y se agradece la comodidad del autobús. Además, sin olvidar que cuenta con las salidas necesarias para abandonar la ciudad por las autopistas. Una zona tranquila, pero muy viva y habitable.

Delimitado por la calle de Otero, por arriba, la Ronda Sur, por abajo, y la calle Darío de Regollos y Avenida de la Vega a este y oeste, Vetusta cuenta con un espacio «privilegiado» que permite a sus habitantes disfrutar de la cercanía con El Antiguo a unos pocos minutos y de la naturaleza, con animales y casas de pueblo, a otros pocos. Rodeado de naturaleza, y con algún espacio verde -por ejemplo, el parque de Vetusta, donde se realizan sus fiestas-, es para los residentes de la zona el lugar «idóneo» para vivir.

Actualmente, entre sus vecinos conviven, precisamente, aquellos mayores que llegaron a la zona hace ya casi medio siglo, con sus propios hijos que, formando una familia joven, con hijos pequeños, decidieron establecerse allí mismo, justo en el lugar en el que habían crecido y haciendo que el barrio haya aumentado considerablemente. Ahora, suma cerca de 9.000 habitantes, aproximadamente.

Pero el empujón definitivo surgió cuando en 2012 nació la asociación de vecinos Quinta del Alba y, tras unos años de preparación, en 2015, recuperaron unas fiestas que se habían perdido treinta años atrás. Desde entonces, el número de personas que han conocido Vetusta no ha dejado de aumentar. Entre los servicios con los que cuenta el barrio, por otro lado, está uno de los centros de estudio más concurridos de la capital. Aunque aún piden un necesario centro de salud.

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